—Bueno, esto fue decepcionante —dijo Rain cuando el segundo día en la biblioteca terminó—. Empiezo a pensar que no encontraremos lo que necesitamos aquí.
—Aún tienes el coral que tomaste, ¿verdad? —preguntó Seadir—. ¿Por qué no lo usas?
—Estoy buscando una solución más definitiva para nuestro problema —dijo Rain mientras se frotaba pensativamente la barbilla—. Supongo que solo los dragones tendrían el conocimiento que busco, pero ni siquiera intentan hablar conmigo.
Los dragones se consideraban a sí mismos en la cima del orden natural, y esta percepción estaba fundamentada en varios factores obvios. Su longevidad y su inmenso poder los distinguían de otras especies, y como resultado, a menudo se veían a sí mismos como seres superiores. Esta autoconfianza era reforzada por sus tradiciones milenarias, historia y sentido del orgullo.