Felipe era un bufón.
Cigarra Nocturna llegó a esa impactante conclusión durante una misión urgente. Al recibir información vital que requería un informe inmediato, llamó a Felipe. Mientras la línea de comunicación se conectaba y aparecía la videollamada, no solo apareció el rostro de Felipe, sino también los de varias mujeres escasamente vestidas. ¡Felipe se estaba divirtiendo en su oficina!
La imagen del respetado líder que Cigarra Nocturna tenía en alta estima se desmoronó instantáneamente.
Para Cigarra Nocturna, Felipe era un estratega calculador y astuto - impasible y comprometido, con capacidades inigualables. Consciente del humilde comienzo de Felipe y su posterior ascenso para establecer una organización, Cigarra Nocturna lo creía extraordinariamente competente.
Y sin embargo, aquí estaba, un necio lascivo participando en libertinaje durante el horario de oficina.