Nick dejó caer el cadáver en el suelo.
Luego, sacó el Token de Almacenamiento del Vendedor y lo mostró.
—Encontré este token de almacenamiento en él —dijo Nick—. Supongo que ya habéis visto a este tipo antes, ¿verdad?
Los dos miraron el token preocupados.
No tenían permitido dar información de sus clientes.
Aunque...
Este cliente estaba muerto.
—Sí —dijo uno de ellos, provocando una mirada nerviosa del otro.
Nick asintió. —Quiero acceder al almacenamiento, y no quiero que me lleven a una habitación falsa. Soy de los Arrabales. Sé en qué negocio estáis metidos, y si un Extractor de nivel dos guarda algo aquí en vez de en la Ciudad Interior, debe ser algo malo.
Los dos guardias se miraron entre sí, nerviosos.
—Por favor, sígame —dijo uno de ellos, abriendo la puerta detrás de él.
Nick asintió. —Dejaré el cadáver aquí. Si falta algo cuando vuelva, me iré a casa con un segundo cadáver. Puedo permitirme gastar 15.000 créditos en un arrebato.