Evelyn se sorprendió tanto como se asustó.
¡Quién podría estar ahí a tal hora! Su corazón latía rápido y en silencio recogió la aguja de bordar que había estado usando para remendar su ropa rasgada antes de caminar hacia la puerta para abrirla.
Cuando la abrió, encontró a Hannah con una cara casi llorosa de pie frente a ella.
El cuerpo entero de Evelyn que estaba tenso se relajó inmediatamente.
—Hannah, ¿qué pasó? —y tan pronto como preguntó, las lágrimas de Hannah fluyeron como un arroyo incontenible.
—Evelyn... wuwu… dos días terminaron. Mañana le dirán a Henry que yo… yo… —Hannah tapó su boca mientras más lágrimas llenaban sus ojos. No podía ni siquiera decir esas palabras en voz alta solo delante de Evelyn.
¡Cómo iba a confesar sus sentimientos frente a Henry!
—Wuwu… mi historia de amor terminará incluso antes de empezar —Evelyn suspiró mientras arrastraba a la llorosa Hannah al interior de la habitación.