Zhao Lifei cerró sus dedos alrededor de la manija de platino de la puerta, el metal frío coincidía con la temperatura de su cuerpo. Tiró de la manija y abrió la puerta. No necesitaba mirar atrás para saber que todos estaban desconcertados por lo que acababa de hacer.
Entró a la habitación y cerró la puerta tras de sí antes de lanzar la pesadísima cartera al sofá. Caminó alrededor de la oficina con curiosa maravilla, explorando el enorme espacio que tenía el tamaño de un apartamento. Escondida al lado de una estantería y fuera de la vista se encontraba una puerta.
Inclinó la cabeza y probó la perilla, estaba sin llave. Se preguntó si habría esqueletos ocultos allí y para su aburrida decepción, no había ninguno. Vio que era un dormitorio de tamaño estándar y cuando entró, vio el baño que tenía una ducha grande, lavabo e inodoro.
Como se esperaba de un adicto al trabajo.
¡Incluso tenía una cama y baño aquí para poder quedarse en la oficina!