—Queriendo encontrar una forma de aliviar la ira y la frustración que había sentido al ver a sus padres —Zhao Lifei quería sumergirse completamente en tocar el piano. Pero antes de eso, inconscientemente agarró algo para beber de la nevera. Sin siquiera molestar en verificar qué era, se bebió toda la botella.
El sabor era extremadamente familiar y dulce como el cielo, como un veneno obstruyendo su mente. En cuestión de minutos, su cerebro se volvió nebuloso y apenas podía pensar con claridad.
Se sentó en el banco donde pasa la mayoría de su tiempo desangrando su corazón. Presionó una tecla, luego dos, tres, hasta que sus dedos crearon una sinfonía melancólica.
Siempre había tocado de memoria porque le resultaban familiares. Se sentían seguras y protegidas, nada que ver con su traumático pasado o la aterradora incertidumbre del futuro.