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—¡Vaya! Cada movimiento y cada postura de Qin Yan es espectacular. Incluso su voz es dulcemente conmovedora... —Destaca entre la multitud y no hay nadie como ella. Mis ojos solo pueden contener a Qin Yan... —¿Dónde están los fantasmas celosos que decían que Qin Yan era aterradoramente fea? Incluso afirmaron que eran diez veces más atractivos que Qin Yan. ¡Apuesto a que tienen la cara hinchada del golpe que han sufrido!
Los estudiantes de la Clase Cuatro no dejaron piedra sin mover al burlarse de los estudiantes de la Clase Tres.
Qin Yan expresó su pensar y agradeció a los invitados antes de dejar el escenario.
Mientras tanto, Qin Mufeng trajo a los guardaespaldas para sacar a Mu Yuyin de la fiesta.
Qin Muran estaba tan absorta en sí misma que no escuchó ninguna de las súplicas de Mu Yuyin.
La fiesta terminó con esta nota. A partir de hoy, todos los rumores en torno a la hija mayor de la familia Qin estaban destinados a desaparecer.
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