—Me gustaría recibir ayuda de Crepúsculo —dijo Cian.
Drayce asintió. No tuvo problemas en aceptar la petición del príncipe.
Arlan habló con una sonrisa.
—Descansa tranquilo, Príncipe Cian. Ese raro águila estará más que feliz de ayudarte —luego miró a Drayce con una sonrisa burlona que Drayce ignoró.
Cian se despidió después de decir adiós a los dos que se fueron a sus cámaras.
—¿No has pensado cómo Hatha pudo capturar a Slayer tan fácilmente y herirlo así en tan poco tiempo? —preguntó Arlan.
—Traidores —respondió Drayce fríamente.
—Parece que ya están en tus manos.
—En algún lugar suplicando por sus muertes las cuales huyen de ellos —respondió Drayce.
—Uff, me dio escalofríos, pero se lo merecían —Arlan después de un rato preguntó—. ¿Cómo ocurrió todo esto?