Jiang Yue no sabía qué hacer.
¿Debería actuar como si no la conociera o fingir que no había visto a la oficial?
Sin embargo, antes de que pudiera desviar la mirada, la oficial ya se había vuelto hacia ella, lo que la obligó a detenerse.
Al ver cambiar la expresión de la mujer, Jiang Yue ya podía adivinar que la oficial había recordado quién era ella.
Le sonrió a la mujer y la saludó —Oficial Gu, hola.
La Oficial Gu asintió con la cabeza y tenía una expresión agradable, como si la chica que acababa de ver no fuera alguien que había sido reportada varias veces en la Estación de Policía.
—No te he visto en años —comenzó la Oficial Gu—, si no fuera por tu rostro tan distintivo, dudo que pudiera reconocerte.
Jiang Yue no pudo evitar tocarse la punta de la nariz ya que no sabía qué responder.