El siguiente capítulo es desde la perspectiva de Kamiko. Todo en cursiva son sus pensamientos.
—Entiendo... Quiero decir, más o menos entiendo a lo que te refieres, pero no creo que necesites preocuparte tanto —es lo que Kamiko dijo, pero internamente, estaba un poco alterada.
Kat solo asintió y se pusieron a trabajar limpiando las ratas. Kat, por supuesto, seguía atascada en el mismo tema que había tenido durante los últimos tiempos y eso no parecía que fuera a cambiar pronto. Ahora Kamiko se encontraba en una posición similar y no tenía idea de cómo manejarla.
El mayor problema era su falta de experiencia cuando se trataba de dar consejos. Sus padres y hermanos nunca acudirían a ella para eso. Sus padres, por supuesto, sentían que era su deber proporcionar consejos a la familia siempre que fuera necesario, y ayudarían a sus hijos cuando pudieran, como cualquier padre decente.