Neveah exhaló un suspiro silencioso mientras el dolor disminuía lentamente y sus vías respiratorias se despejaban, pudiendo por fin respirar con normalidad.
Ya era tarde en la noche, Neveah había estado afuera por más de una hora pero Menarx estaba de patrulla y por eso Neveah estaba agradecida de que él no notara su larga ausencia.
Neveah se levantó, sacudiendo su ropa con un suspiro de agotamiento.
Era imposible quitar el barro de sus pantalones de cuero y así que Neveah simplemente se rindió, dejándolo tal como estaba.
Fue solo ahora que Neveah miró a su alrededor para ver qué tan adentro del bosque había llegado con el dolor nublando sus sentidos y en efecto, Neveah no estaba segura de en qué parte del bosque estaba en absoluto.
Neveah exhaló profundamente, al menos podía recordar de qué dirección había venido, así que todo lo que podía hacer era dirigirse de regreso en esa dirección por el tiempo que tomara volver al campamento.