—¡Todos en esa Familia Hu son arrogantes; les enseñaron a sus descendientes a pensar muy bien de sí mismos! Sírvanles bien; ¡se merecen la destrucción de hoy! —La gente de la Familia Tan no tenía simpatía por esos villanos.
Hacían las cosas ilegales, vendiendo las drogas prohibidas, y los de arriba habían estado cerrando sus ojos porque recibían numerosos beneficios de la Familia Hu.
—Mo'er, vienes desde tan lejos para visitar y traer noticias sobre tus logros. Como tus padres, estamos muy orgullosos de ti —El Patriarca Tan palmeó el hombro de su hijo con orgullo.
—Padre, es el deber del hijo traer gloria a nuestra familia —Tan Zi Mo sonrió levemente.
Pasó tiempo con su familia durante todo un día, acompañó a sus padres a comer con sus parientes y les dio muchos recursos para la cultivación.
Los recursos que había conseguido con su arduo trabajo y aventuras eran suficientes para que la Familia Tan viviera bien durante muchos años.