—Hablar podría ayudar —la mirada de Lily se detuvo en la parte trasera de la cabeza de la persona que estaba sentada en el sofá, sus pensamientos girando con palabras no dichas. Suspiró suavemente. Él se había ofrecido a hablar, le había dado la oportunidad perfecta para explicar todo, pero en cambio, ella había vacilado, dejando que su miedo la dominara. Como una cobarde, simplemente había negado con la cabeza, murmurando que no podía explicarlo. Al menos él no la había presionado por más. Solo había asentido en señal de comprensión, su silencio pesado con aceptación.