—Pero no podemos permitir que eso suceda —Otoño parpadeó tratando de contener las lágrimas y se levantó, lista para huir con Arabelle, pero Gabe la atrapó y la abrazo levemente—. No dejaremos que eso suceda, Otoño. Es una solicitud del juez, no una orden. Todavía podemos seguir con el proceso sin ceder en nuestra postura.
Sosteniendo firmemente su mano, la guió hacia el despacho del juez donde irían para la siguiente parte de la discusión.
Mientras caminaban, Otoño preguntó lentamente:
—Gabe, también necesitamos advertir a la mujer.
—¿Qué mujer?
—¡La mujer con la que está comprometido! ¿No escuchaste eso? Las mujeres con las que está comprometido... ¡tienen dos niñas pequeñas! Eso significa que ellas están en peligro.
—¡Otoño, cálmate! No dejaremos que pase nada —dijo él tratando de tranquilizarla.
Otoño tomó una respiración profunda, tratando de estabilizarse:
—No puedo creer que esto esté sucediendo. Siento que estamos perdiendo.