—¿Qué le dijo él a la Sra. Jenkins? —preguntó en voz alta Otoño mientras veía al doctor mirar a Savoy con enojo y pedirle que se fuera.
Incluso mientras se lo preguntaba, escuchó a Gab decir, —Otoño, necesitas soltarlo.
Ella frunció el ceño, —¿Soltar? ¿Cómo puedo dejar esto? ¿De qué estás hablando?...
Escuchó que él se quejaba incluso mientras sus ojos permanecían pegados a la pantalla, —Otoño, necesitas soltar mi mano... a menos que quieras que sangre.
Otoño frunció el ceño ante eso... ¿Soltar su mano? ¿Sangrar? Le tomó un momento darse cuenta, pero luego bajó la vista y sus ojos se abrieron de par en par... Ella había estado sujetando su mano y muñeca con ambas de sus manos en un agarre firme...
Otoño miró hacia abajo a su mano y tragó saliva. Había marcas como de media luna en su mano... Las diez... Y algunas incluso sangraban...
—¡Oh Dios mío! Lo siento mucho. Conseguiré ungüento inmediatamente.