—Pensé que te quedarías allí unos días más... —Demetri levantó la vista de sus papeles esparcidos cuando su gemelo idéntico, Erasmi, irrumpió sin ceremonias en la pequeña oficina.
—Erasmi encogió los hombros despreocupadamente y respondió con una sonrisa casual, —Bueno, tenía algo que hacer. Ya está hecho, así que estoy de vuelta. No te preocupes. No me quedaré aquí por mucho tiempo. Creo que voy a hacer una gira mundial en bicicleta alrededor del mundo. La verdad es que ya estoy cansado de Ian y Seb quejándose. ¿Cómo los criaste? ¡Se quejan más que perros abandonados y chismorrean más que viejas! Además, ¿cómo es que tienen ojos por toda la ciudad? ¡No puedo conocer a una sola persona, hombre o mujer sin que lo discutan en ese grupo de teléfono! ¿No puedes darles algo de trabajo para que dejen de parlotear como urracas?