"Unos minutos después, el Director Wyatt, vestido con un elegante esmoquin negro y desbordando confianza, bajó la gran escalera junto a su esposa Stacy, radiante en su vestido fluido adornado con lentejuelas brillantes. Ella era un epítome de gracia y encanto mientras se aferraba cariñosamente al brazo de su marido. Su atuendo era impecable, reflejando su estatus como anfitriones del banquete.
Los invitados no pudieron evitar detenerse asombrados ante la vista de la encantadora pareja. Esta era la primera vez que muchas personas veían a la pareja aparecer en público y, sin falta, susurros de admiración recorrieron la multitud mientras los veían hacer su entrada, una encarnación perfecta de amor y sofisticación.
Deteniéndose en el centro del pequeño podio, el Director Wyatt tomó el micrófono para dirigirse a los invitados.