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96.88% Un Rudeus diferente / Chapter 191: Batalla del bosque del no retorno

章 191: Batalla del bosque del no retorno

Ahí nos quedamos estupefactos mirando al abismo, mientras Aleksander desaparecía en las profundidades del abismo.

— ¡Bien, no se confíen! De seguro regresará pronto,—grité, mientras sacaba el Mjolnir y lo levantaba sobre mi cabeza, mientras las nubes se acumulaban sobre mi y se volvían negras como la noche, cuando los nubes llegaron a su máximo un enome rayo cayo sobre el, cargando los circuitos mágicos del arma al Máximo . Algo que sorprendió a Alex, Ruidjerd, Doga y los Superd, que jamás habían visto algo así. Lance el martillo hacia las posiciones enemigas , y salió volando a gran velocidad mientras se elevaba mientras llegaba al otro lado del abismo y empezaba a descargar cientos de rayos sobre la tropas enemigas, causando gritos de pánico y el desbande de sus fuerzas. Mientras los rayos destruían árboles, y parte del bosque se incendiaba y con ello también varias vidas. Gran cantidad de polvo se levantó en el aire, haciendo difícil ver al otro lado. Momento en el que Mjolnir regresó a mi mano mientras pequeñas chispas de electricidad aún chisporrotesban en el.

Cuando miré hacia la posición enemiga, dos figuras dieron un gran salto: uno era el Dios Ogro Malta, y el otro era Gal Farion, que dio un salto a una velocidad aterradora.

Cuando Malta aún estaba en el aire, le lance el Mjolnir, que le dio en el pecho, lanzándolo al abismo, de hecho fue divertido cayó cómo una mosca. Pero Gal Farion lo esquivó y le dio un golpe de espada, haciendo que el martillo cayera al abismo .

Antes de que Gal Farion aterrizara con la típica pose del héroe, le lance Excalibur. Algo que lo sorprendió, pero logró rechazar con el estilo del Dios del Cauce.

— Maldita sea, ¿eso fue la espada de luz lanzada con la Mano? Veo que Orsted te enseñó muchas cosas, chico,— el otrora Dios del filo

— Esa era Excalibur, plasma lanzado a casi la velocidad de la luz. Puede cortar el acero. Era magia de agua real combinada con magia de tierra.

— ¿Qué?, no sé qué quisiste decir, chico, jajaja,—respondió Gal Farion.

En ese momento el Mjolnir volvió a mi mano y tomé postura del Dios del Cauce sacando mi Sable, pero Gal Farion no hacía nada, nos miraba sonriendo con su mano aun en el pomo de su espada.

— ¿Quién va a pelear conmigo?, —dijo.

— Yo lo haré, dije. Yo también, dijo Eris. Y yo, dijo Ruidjerd, dando ambos un paso adelante.

En ese momento, del abismo, algo rojo saltó a gran velocidad y aterrizó dejando un cráter en el suelo, me vio y arremetió en mi contra.

— Yo matarte,— gritó Malta—Sin embargo, se estrelló con el muro de Cristal y luego empezó a elevarse mientras daba patadas y brazadas, fue lanzado violentamente contra unos árboles dejando un camino de destrucción. Era magia de gravedad combinada con magia de tierra con la que había creado el muro de cristal alrededor de nosotros.

— Zanoba, Doga, saben qué hacer, —dije, mientras los chicos corrían hacia donde había caído el Dios Ogro acompañados de algunos guerreros Superd .

Mientras Gal Farion aún nos miraba con los brazos cruzados con una sonrisa.

— ¿Crees que pueden ganarme?, nos dijo.

— Claro que sí. Kalman III te salvé el culo el otro día, cobarde mierda, te derrote 2 veces, te corte el brazo y te estaba aplastando como a una cucaracha, —le dije.

— Cállate, debí cortarte la cabeza. Ese idiota de Geese dijo que solo debíamos cortarte los brazos para que el hombre dios pudiera verte morir. Te pude haber matado sin que te hubieras dado cuenta, solo debía cortarte la cabeza.

— Cortame esta cabeza , hijo de puta—le dije llevándole las manos a los genitales—A ver si de frente eres tan valiente.

— Jajajajaja Cállate maldito vulgar, ahora tengo mi espada. Te cortaré como mantequilla. Te voy a partir en dos, dijo con una gran sonrisa de lobo hambriento.

— ¿Así como Jino parte a tu hija todas las noches con la espada de carne?, —le dije buscando provocarlo para que me atacara y hacerlo caer en la espada de la previsión.

— Jajajaja, hijo de puta. Orsted te enseñó esa técnica para desconcentrarme y hacerme atacar primero, y así puedas matarme con la espada de la previsión. Pero no soy tan idiota.(huy El desgraciado me leyó como a un libro abierto).

— En serio, para mí te ves como un idiota. Un idiota que perdió el título con su sobrino, y por si fuera poco ese sobrino ahora se lo pone a tu hija, ¿que se siente eso? Saber que mientras estas aquí haciéndote el malote, y el tipo que te derrotó se monta a tu hija todas las noches.

Vi cómo detrás de la sonrisa de Gal Farion, su ojo titilaba.

De pronto, sentimos un temblor. Cuando miré, era Malta, que destruía árboles mientras golpeaba la tierra, mientras se daba golpes con Zanoba y Doga lo atacaba con su enorme hacha.

— Será mejor ir a otro lado, dijo Gal Farion. Malta, cuando pelea no distingue amigos de enemigos.

— Co co co co co, empecé a cacarear para provocarlo, pero el tipo seguía sonriendo con confianza.

Cuando tenía pensado atacarlo con el Mjolnir, un grito de Alex, quien se había quedado mirando al abismo, me hizo voltear.

— ¡General, él está de regreso!

Cuando miré, Kalman III había salido del abismo con un gran salto, mientras sostenía su espada con una sola mano.

— Maldita sea, el soquete regresó, —pensé.

— ¿Vas a pelear conmigo, Reidar?, —me dijo Gal Farion con una sonrisa.

— Eris, mi amor ¿estás segura que puedes matarlo?, pregunté.

— Dalo por hecho,Rudeus amor.

— Bien, hazlo, —dije, mientras me daba media vuelta y me posicionaba tras Alex, para hacerle frente a Aleksander.

— Vamos a otro lugar,— dijo Gal Farion, que salió corriendo a toda velocidad mientras era seguido por Eris y Ruidjerd.

Cuando puse atención a Kalman III, este tenía una ridícula pose, que me hizo recordar a las fuerzas especiales Gyniu.

— Jajajajaja, no podrás derrotarme, Reidar. Ahora Kajakut está conmigo, y simplemente yo (...), ¡espera un segundo?, ¿qué haces tu aquí?

— Subí del abismo, maldito imbécil. ¿Qué crees que pasó? Te voy a patear el culo hasta sacarle brillo a mis botas, maldito fanfarrón, —le dije

— Oh, claro. Escucha, Reidar, sé que debes estar muy molesto porque te atacamos por sorpresa, pero solo eres un tipo insignificante. Ya tendré tiempo para combatir contigo de héroe a héroe.

— ¿A quién llamas insignificante, maldito cabeza hueca? Y me llamo Rudeus Greyrat, general Greyrat para ti.

— Escucha, Reidar, eres un héroe y te daré una muerte digna de parte de otro héroe, es más contratare un bardo que cante sobre la honorable muerte que te daré. Pero primero, déjame hablar con mi padre.—dijo Aleksander de manera dramática y gesticulando como una actor.

Mientras, Alex se mantenía en su papel bajo el casco.

— ¿Qué haces aquí?, papá. Pensé que estaba muerto, le Pregunto Kalman III a su predecesor.

— No sé de qué hablas niño, llamo Sandor Von Grandour.

— Oh, por favor, papá, sé que eres tú bajo ese feo casco no engañas a nadie.

Alex se quitó el casco de manera dramática, y Kalman III reaccionó de la misma manera al ver su rostro. La verdad era como ver una teleserie de Thalia, es decir, pésima calidad de actuación.

— Maldición, Alek, arruinaste mis líneas. ¿Cuántas veces te he dicho que debes revelar la identidad cuando menos se espera? Eso hace más impactante la entrada del héroe ,— le dijo Alex a su hijo.

Pero Kalman III no estaba contento, de hecho estaba furioso.

— Tú renunciaste a Kajakut y me diste el título de Dios del Norte. ¿Y ahora te encuentro aquí? , con ese palo y ese falso Dios del Norte tras de ti, —dijo apuntandome con su espada —¿Qué pasa, papá? ¿Para esto abandonaste el estilo del Dios del Norte?

— No abandoné el estilo. De hecho, he estado enseñándolo por el mundo. Y esta vara, bueno, me di cuenta que dependía demasiado de esa espada que llevas . El estilo que fundó papá te enseñaba a pelear con cualquier cosa. Así que una simple vara es perfecta. Es más, soy más fuerte ahora de lo que nunca fui.

— Enseñando el estilo del Dios del Norte eh, ya veo. Así que tú enseñaste a Aubert y a Reidar. Con razón tenemos tipos tan excéntricos en el estilo, o sea que por tu culpa nuestra escuela es asociada con mercenarios .

— Yo no entrené al general, él solo creó técnicas. Eso lo hace un gran emperador del Norte, y en cuanto a Aubert fue una decepción.

— Cállate. Eres el héroe más grande del mundo y eras el Mejor espadachín y lo dejaste todo. ¿Para que? ¿Para esto?

— Así es. Ahora estoy al servicio de su majestad Ariel.

— No entiendo, papá, ¿por qué? ¿Por qué abandonaste todo?

— Dependemos demasiado de Kajakut. El Kalman original no necesitaba de una espada para ser poderoso. Pasé cientos de años usando esa arma y me di cuenta que no era tan fuerte como creía. Por eso la dejé de lado para entrenar por mi cuenta, como lo hizo papá. Él era un verdadero héroe, ¿entiendes, hijo mío? Si te confías demasiado en la espada qué llevas, no alcanzarás tu máximo potencial, te terminaras estancando y terminarás muerto.

— No entiendo. Eres un héroe. Yo quiero ser como tú. No, más grande que tú y el abuelo, seré el más grande de los Dioses del Norte, más grande que todos los espadachines, derrotare a Orsted, y seré segundo entre las 7 grandes potencias.

—Qué ambición. Me llenas de orgullo, Alek,— le dijo Kalman II con una sonrisa.

— Eeeee, oye, Alex, ¿no vas a cambiar de bando, o sí?, —le pregunté nervioso, pero él no dijo nada y siguió hablándole a su hijo.

— No puedo permitirte hacer eso, Alek. El Dios Dragón, el monarca de Asúra y Perugius son aliados jurados del Dios del Norte. Así que te ruego que te rindas y bajes tus armas el enemigo es Laplace, no está gente inocente.

— No lo haré. Yo no juré nada, ese fue el abuelo Carl, no yo, ni tú tampoco. Mataré a Orsted, y mataré a esos Superd, y de paso Mataré a Reidar, y me convertiré en un héroe, uno más grande de lo que pudiste haber sido padre.

— ¿Crees que asesinar inocentes es ser un héroe, Alek? Eso es genocidio. Los Superd son un pueblo pacífico.

— No me importa. Todo el mundo los odia. Acabando con todos ellos seré un héroe. Da lo mismo si ahora son buenos y pacíficos. Todo el mundo cree que son malvados.

— Así no son los héroes, maldito estúpido,—le dije.— Eso es injusticia.

— La justicia depende de quién es el vencedor. Tal vez ahora piensen que soy el malo, pero los justos son quienes escriben la historia.

— Eres un estúpido, —le dije. —La injusticia siempre es injusticia. Kishirika devastó el mundo humano y aun así fue derrotada hace ya miles de años. Ahora no es más que una niña encerrada en el continente demoníaco. Los injustos, tarde o temprano, son derrotados, y su destino es el destierro o la muerte. ¿Qué eliges tú, Aleksander? Ríndete y únete a nosotros, o prepárate a pagar las consecuencias de tus pecados.

— Jajajajaja, tienes muchas agallas, Reidar. Te respeto, eres un héroe, pero te equivocas al servir a Orsted y a esos diablos. Y por eso morirás. El Dios del Cauce no puede contra el Dios del Norte. Tal vez puedas derrotar a Gal Farion, pero no a mí, —me dijo sonriendo.

— Alek, última advertencia, hijo.

— No lo haré. Te derrotare papá y seré el mejor Dios del Norte.

— No. Ese siempre fue Kalman, mi padre.

— Como sea. Soy Aleksander Kalman Ryback, el Dios del Norte.

— Pfffff, lo siento, Rudeus. Mi hijo es un completo sopenco. Creo que pelearemos. Dame apoyo con magia.

— Bien,— dije, pensando que Alex conoce los movimientos de su hijo y eso me da tiempo de estudiar sus técnicas.

Mientras tanto, Eris, Gal Farion y Ruidjerd habían llegado a un claro dentro del bosque.

Estaban frente a frente, pero Gal Farion no se movía, sonreía mientras Eris estaba con su espada desenvainada y tras ella, protegiendo sus espaldas, Ruidjerd.

— ¿Recuerdas a Jino?, —preguntó Gal Farion a Eris.

— Sí, ¿qué hay con él?

— Jajajaja, un día, pocos días después de que Nina llegó de Asúra, el maldito bastardo pidió la mano de mi hija. ¿Puedes creerlo?

— Sí, lo creo. Jino se coge a Nina. Ya lo sé.

— Grrr, Pffff, jajajaja. Si, el maldito era un don nadie. Tenía talento, pero se había estancado. Así que le dije que debía hacerse fuerte para derrotarme y así tendría la mano de Nina. Jajajaja, solo pretendía que llegara a Rey del Norte y los dejaría casarse,¿ pero adivina qué hizo el bastardo? . Se hizo demasiado fuerte. Apenas vi su espada y caí de culo en la sala principal, jajajajajaja. Ahora es el Dios del Filo. ¿Qué me dices? Obtuvo a la chica que amaba y de paso el título de Dios del filo. Pronto, cuando hablen del Dios del Filo, la gente asociará su nombre con el de Jino. Fue una espada veloz, como cuándo yo era joven, no ni siquiera en ese tiempo yo fui tan rápido, jajajaj. ¿Qué eres tú comparada con él, perra rabiosa?

— No podría importarme menos, —dijo Eris.

— Jajaja, ¿ realmente crees que porque eres la esposa de Reidar Reí, y el me derrotó con la espada de la previsión, tú también crees que puedes derrotarme?

— Sí, —dijo Eris, mirándolo ya aburrida del diálogo, algo muy impropio de Gal Farion.

— Fue emocionante conocer a tu esposo, aunque es un idiota confiado. Pude haberlo matado si hubiera querido.

— Por sorpresa cómo el cobarde en que te has convertido. Sé que cuando regresó del abismo casi te mató y te corto un brazo. Tú al lado de Rudeus eres basura.

— Maldita seas, Eris. Te confié mi sueño. Tenías que matar a Orsted, no aliarte con él. Con ese chico pudieron haberlo matado y ahora son amigos. Veo que perdiste tus dientes perra rabiosa y ahora no eres más que una cachorra que le mueve el culito a su dueño, ¿donde esta tu orgullo? .

— Rudeus es amigo de Orsted, no yo. Y no te prometí nada. Yo fui al santuario solo para estar a la altura de Rudeus y protegerlo y eso hice.

— Oh claro, el amor. ¡Puag!, —dijo escupiendo a un lado.— El amor te quitó tu espíritu. Te conformaste con ser la tercera esposa y mueves el culito como la cachorra qué eres ante cualquier cosa que haga ese tipo.

— Así es. Mi culito es de Rudeus, —dijo Eris, evitando caer en la estrategia de Gal Farion de desconcentrarla.

— Maldita estúpida.(...) Supe que tu marido se coge a la reina de Asúra. De seguro ella es mejor que tú para tu esposo, de seguro ella debe cojerlo mejor .

— Es un gran honor que Rudeus se acueste con la reina,—dijo Eris sonriendo.

— GRRRRRRR, ¡aaaaah! Maldita, te expulsó de nuestra tradición del estilo del Dios del Filo.

— Métete la tradición por el culo.

— Grrre, ya no eres una reina espada. Te prohíbo hacerte llamar así y te Despojo de ese título.

— Obligame, —dijo Eris con una sonrisa.

Eris tomó su espada y tomó su postura favorita, con la espada sobre su cabeza, mientras Gal Farion llevó su mano a su empuñadura y tomó posición de desenvainamiento. Pero algo estaba mal, Eris tenía una sonrisa siniestra.

— ¿Por qué sonríe así? Tan confiada está? ¿Ella entrena todos los días con Reidar Reí? ¿Habrá aprendido algo?

No puede ser. Puedo matarla, cortarla en un segundo, pero Geese mencionó que Eris es tan fuerte como su esposo. ¿Y si esa maldita es como Jino?

¿Qué hago? Nina mencionó que es una reina del Norte, pero tomó postura en Dios del Filo. Debería lanzarle la espada de luz ahora y cortarla en dos. Mmmm, ¿esa sonrisa? ¿Qué estás tramando, perra loca? No eres la misma chica salvaje que llegó al santuario hace tantos años. Está calmada y no cayó en mis provocaciones. Tal vez deba usar el estilo Dios del Agua y matarla de contragolpe,— pensaba Gal Farion para sí mismo.

Mientras Eris, casi milimétricamente, se acercaba a Gal Farion hasta quedar a distancia de ataque, Eris estaba confiada. Sin embargo, que Gal Farion aún no la atacara la hizo dudar por un segundo.

— ¿No vas a atacar?,— preguntó Eris.

— No es necesario. Te mataré de todos modos, jejejeje, rió Gal Farion.

— ¡Pues como quieras!, gritó Eris, lanzando una perfecta espada de luz.

— ¡Técnica del Dios del Cauce, Fluir!, dijo Gal Farion, deteniendo la espada de luz y lanzando un contragolpe que Eris repelió. Gal Farion dio un salto hacia atrás y sintió un puñal enterrándose en su hombro.

— ¡AAAAGH! ¿Qué es esto, maldita?,— gritó Gal Farion, sacándose el puñal, solo para ver a Eris lanzarle otra espada de luz que volvió a rechazar con el estilo Dios del Cauce. Pero esta vez logró que Eris perdiera, por un segundo, la estabilidad, golpeándole una pierna.

— ¡Estás muerta!, — dijo Gal Farion, lanzando un contragolpe directo para decapitar a Eris. Sin embargo, se topó con una lanza blanca que paró el ataque.— ¡Oh Mierda!, —pensó Gal Farion, dando un salto hacia atrás, solo para ver cómo sus piernas se separaban en el aire y él caía partido en dos.

— ¡¿Qué mierda pasó?, claro, el Superd. Estaba tan atento a esa chica que olvidé el Superd, jajaja, soy un idiota, ¡AGGGGHHH! Ella me lanzó una espada de luz como contraataque. Soy un idiota. Debí atacar con la espada de luz, pero ella es la esposa de Reidar. Ella tal vez sepa algo(...), no fueron mis dudas, —se dijo así mismo Gal Farion. —Dudé tanto que ni siquiera vi cuando me lanzó ese puñal. Maldita sea, ¿pero cómo lo hizo? Nunca la vi lanzarlo?

Justo en ese momento, Eris atrajo su daga con su guantelete mágico, el mismo que Rudeus le regaló para su boda.

Eris se acercó, confundida, a Gal Farion, quien estaba muriendo en un charco de sangre e intestinos.

— ¿Por qué no usaste el estilo Dios del Filo?, pregunto Eris.

— Dudé. Pensé en la pelea con Jino. Cometí el gran error que un practicante del Dios del Filo nunca debe cometer: pensar demasiado. Solo hay que atacar, no olvides eso, Eris. Cuando dudes, vas a perder tu filo.

¡AAAGHHH!

— ¿Quieres decir algo antes de morir? ¿Algo a Nina?

— No, no le digas nada. Jajaja, nunca pensé que matarías, ni en mis peores sueños, jajajaja. Pensé que te habías estancado cuando te casaste, pero me equivoqué. Yo me volví Dios del Filo, y después de eso, me dediqué a estar en el santuario pensando en qué es ser un Dios del Filo y entrenando a los talentosos, pero perdí la ambición. Me casé, tuve una hija, y de pronto todo se acabó. Perdí el título y mi familia. Cuando Geese me pidió pelear por el, Pensé que esta era una oportunidad, una nueva oportunidad. Pelear contra Orsted y matarlo, siempre fue mi sueño, y termine humillado por Reidar y muerto por mi propia aprendiz, jajajaja, el destino es una perra cruel, ¿no crees?

Eris no le dijo nada, solo lo escuchó.

— ¡AAAAGH! Ven a acércate Eris.

Ella se acercó y se arrodilló a su lado. Gal Farion tomó su espada y se la ofreció.

— Escucha, esta es mi última lección para ti. Nunca dudes en tu poder. No dudes de tu filo. Si lo haces, perderás. Toma esta espada, ahora es tuya.

Eris tomó la espada y notó como los dedos de Gal Farion estaban fríos y poco a poco empezó a apagarse.

— Adiós, perra loca. Desde hoy puedes hacerte llamar Emperatriz del Filo,— dijo Gal Farion, dando un último respiro y sus brazos cayeron. El Dios del Filo había muerto.

Eris se acercó y tomó la vaina y enfundó la espada para luego colgarla junto a la espada Migurd. Se quedó ahí un momento, mirando el cuerpo del que fue su maestro.

— ¿Estás bien, Eris?, — preguntó Ruidjerd.

— Sí, es solo que, no sé. Se siente como una pérdida. Ahora hay otro Dios del Filo y se todo se siente tan fuera de lugar.

— Eso pasa a menudo, — dijo Ruidjerd, poniendo su mano en el hombro de Eris.

— Gracias, maestro, —dijo Eris, haciendo una reverencia. Luego sacó un pergamino y se curó la herida en su cuello.

— Vamos con Rudeus, —dijo Eris, pero antes de irse, miró el cuerpo de Gal Farion y le lanzó un hechizo de fuego avanzado. Se alejó de ahí mientras el cadáver de Gal Farion se reducía a cenizas.


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