"El funeral por los gemelos muertos se organizó privadamente ese mismo día, en el que solo Robert, Juan y un puñado de hombres de Juan tuvieron permitido participar en el cementerio.
Al regresar, Robert entró a la habitación de Emma ya que sentía que había estado demasiado tiempo lejos de ella y encontró a Emma sentada en la cama, mirando al vacío.
—¡Emma! —exclamó él con alegría, corrió hacia ella y envolvió sus brazos alrededor de ella—. Pensé que te tomarías un t-
No pudo terminar de hablar cuando de repente sintió que su cuerpo era alejado. Sorprendido, miró la distancia frente a ellos antes de que su mirada se posara en Emma, quien lo miraba con ojos llenos de lágrimas.
—No me toques —dijo ella con tanta suavidad que Robert no hubiera escuchado lo que decía si no hubiera leído sus labios—. Aléjate de mí y nunca te acerques a mí de nuevo —agregó.