"Nikolai no podía evitar sentir algo pesado oprimiendo su pecho mientras más prolongaba su frío trato hacia su esposa. Una gran parte de él ya quería dejar de ignorar a su esposa, y aún había una parte de él que quería enseñarle una lección. La confianza era algo que no quería que ella tomara a la ligera en su relación. Ella debía aprender a no ocultarle cosas, especialmente si involucraba a uno de los dos.
Sacudiéndose mentalmente sus pensamientos, no le llevó mucho tiempo regresar a Valcrez en su forma de niebla. En el momento en que llegó, lo primero que hizo fue revisar a Dahlia.
—¿Cómo está ella? —preguntó a Zaila.
—Está bien, Su Majestad —confirmó Zaila—. No hay nada oscuro en ella. Está limpia…
—Eso es bueno. Muchas gracias por esta asistencia —asintió—. Ella será parte de las damas de compañía de Mía como tú y las demás, así que por favor cuídenla y denle parte del trabajo que ustedes tres tienen respecto a la rutina diaria de Mía.