章 24: 16.2
Con el grupo de seguridad dejando atrás el complejo abandonado, el silenció volvió a gobernar la oscura avenida, Neil despidió a todos, incluyendo a los que pretendían servirle de acompañantes. Se sabía de sobra en la casa Bathory que el heredero era increíblemente desconfiado y rara vez era escoltado o servido por algún mayordomo, incluso conducía su propio auto por sí mismo.
Delilah se había ambientado al frío, el agua de la lluvia se percibía suave sobre su cuerpo humedecido, no necesitaba ninguna clase de cortesía por parte de Neil, pero fue inevitable para el sentirse agobiado, su ropa también estaba mojada y sus cabellos goteaban sobre su pálido rostro.
—Tu excesiva tranquilidad es sorprendente.
Pidió la mano de la chica para ponerla dentro de su auto, esperando que la calefacción la ayudara a sentirse mejor.
Lo que él estaba llamando tranquilidad, abarcaba una realidad lejana, ella no podía actuar de ninguna manera cuando desconocía tantas cosas, se sentía nerviosa, pero no iba a permitirse demostrarlo.
Neil la miró por un segundo debido a que no estaba respondiendo, deseaba ver la clase de expresión que tenía su rostro, pero ella lucía como alguien a quien no le había sucedido nada extraordinario. Era esa actitud lo que le gustaba, la misma por la que fue elegida años atrás. Lathasha también solía comportarse de esa manera, seguía por el mismo camino de la incertidumbre incluso si desconocía el rumbo, confiaba en Neil hasta ese punto o mejor dicho, lo amaba en esa medida.
Incluso el día en que le fue revelada la verdad tras la adquisición de esa mansión por sus padres, Lathasha no se atrevió a desafiar a Neil, podría ella no ser capaz de mirar su rostro en el espejo o repudiar la tierra entera de la que dependía su glamurosa vida, pero nunca despreció al que la despertó de su dulce sueño.
—Parece que el día de hoy vas a hablar menos de lo que haces en otros días.
Delilah estaba atenta a los movimientos de Neil, en realidad tenía mucho que decir, pero no tenía el derecho, el ya debería saber cuan limitada se siente la gente estando a su lado.
—Lo siento no tengo nada para decir.
Él sonrió como si la respuesta tuviera un sentido sarcástico, era como estar interesada, pero al mismo tiempo no estarlo.
—Neil Bathory te ofreció una muestra publica de afecto, ¿en verdad no tienes nada que decir?
Delilah se sonrojó exteriorizando sus deseos de ocultar su rostro. La conmoción y el encuentro con Liam Bathory hizo que olvidara cuan fuerte palpitó su corazón en aquel momento.
—Ignoro demasiadas cosas, no me atrevo a presumir.
—No tengo dudas sobre lo ignorante que eres.
No era como si Delilah tuviera tanto desinterés, pero tenía miedo de cruzar la línea de lo permitido. Intuía que las cosas eran profundamente complicadas, así que era inútil cuestionarse.
—Las cosas resultaron ventajosas gracias a ti, siento haberte manipulado.
—Si es Neil Bathory quien lo decide, no hay nada que hacer, ser manipulada es un privilegio.
—No pareces creer en tus propias palabras.
Delilah mantuvo la mirada sobre el mismo punto. No mentía, era de esa forma en que se sentía simplemente era mala expresándolo.
—Debes recordar ese día, cuando recibiste el sobre negro de la casa Astraea.
Por supuesto que lo recordaba, no había pasado tanto tiempo, en aquel entonces jamás podría imaginar que Andrea estaba siguiendo órdenes del inalcanzable Neil.
—La baronesa de Astraea quiso decirle a la marquesa que estaba escogiendo personas que no tenían ningún valor, poniendo en duda la inteligencia de Lathasha. Ofendió a un alto noble, pero desde el momento en que Andrea llegó a la fiesta, la persona sin valor resultó ser otra.
—¿Te parece que la baronesa se equivoca y en realidad yo tengo algún valor?
—Lo tendrás en el momento que seas completamente mía.
Delilah no pudo mantener su postura, porque las palabras fueron demasiado agresivas de escuchar.
—Nuestra riqueza es casi tan grande como la del mismo rey y, aun así, ese viejo terco, sigue empeñado en obtener esa mansión.
Los recuerdos fueron invocados desde diferentes perspectivas y ahora, palabras que parecían sin sentido o dichas al azar tomaban una gran fuerza.
El heredero de Liam habló para sí mismo sobre la raíz de todo lo que sucedía en la mansión Zehren.
Desde que le fue encomendado hacerse con la mansión había estado manejando los asuntos de los marqueses, si bien usar su poder y pedir al rey lo que quería hubiera facilitado las cosas, no era la forma en que le gustaba actuar. Se podría decir que eran pocos los miedos que atormentaban a un Bathory y a pesar de ello prefería usar métodos mucho más humanos. Aún estaba lejos de desear ser despreciable o dar lecciones morales a la escoria, el mundo estaba corrompido, una sola persona no podría cambiarlo jamás.
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