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| CAPÍTULO QUINCE. |
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El silenció los envolvió completamente, la pelinegra incómoda, evitaba la mirada del Riddle. Él estaba frustrado, Ailén no le hablaba. No decía lo que le estaba pasando.
Cuando el pelinegro estaba apunto de irse, ella lo toma de la mano deteniéndolo.
-¡Tom espera!- exclamó llamando su atención -Lo que pasa...- dudo nuevamente si decirle o no -Es que, tuve una pesadilla- nuevamente el sueño se hizo presente, eso le dolía cada vez más -Simplemente me sentí insegura de perder a mi mejor amigo- el hecho de llamarle así le dolía
El Riddle la miró.
-Ailén- le llamó y esta levantó la mirada -Jamás me perderías, eres mi mejor amiga y siempre lo serás-
La pelinegra sintió como su corazón se partía ante aquellas palabras. Le dolía el hecho de que Tom solo la consideraba su mejor amiga. Pero estaba aliviada de que el comprendiera su inseguridad.
Ambos se miraron con una sonrisa. El pelinegro la abrazo, estaba aliviado de que Ailén no lo odiara y aquel sueño ahora quedaría en el pasado.
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El día era nublado, el ambiente era fresco y agradable. Se veía que pronto llovería.
Ailén recorría los pasillos de Hogwarts con su característica sonrisa. Sus amigos iban a su lado hablando sobre como las prácticas de Quidditch se habían cancelado por el clima.
Era fin de semana, uno el cual aburría a los alumnos. Pues no podían salir debido aquel aburrido día nublado.
El grupo de chicos se dirigía hacia la biblioteca para pasar la tarde ahí. Al llegar unas tazas de chocolate caliente y una pila de libros los recibieron. Sería un agradable tarde, leyendo y conversando entre sí.
-¿Cómo es que resolvieron todo?- les preguntó el rubio mientras observaba a los dos pelinegros enfrente de él
Ambos convivían como si nada hubiera pasado entre ellos.
-Simplemente hablamos- respondió Ailén con una sonrisa
-Si claro. Hablaron- dijo el Lastrange con una sonrisa pícara y los miraba divertido
Ambos se ahogaron con su chocolate, no esperaban que Rodolphus insinuará aquello. Simplemente les tomó por sorpresa.
Ailén sintió sus mejillas arder, esperaba que no se notará tanto. Se levantó casi de inmediato excusándose que tenía que ir al baño.
Sus amigos rieron. Claramente les había afectado aquel comentario. Sabían perfectamente la relación que tenían aquellos dos chicos. Diciendo ser amigos, pero tratándose diferente cuando estaban a solas.
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En el baño se encontraba Ailén, estaba nerviosa y demasiado sonrojada. Mojó su cara tratando de bajar el calor de sus mejillas.
Cuando ya estaba más calmada salió del baño caminando de regreso a la biblioteca. Doblando por un pasillo encontró la peor escena que jamás en su vida había querido ver. Su mejor amigo, el chico que había robado su corazón; Tom Riddle se estaba besando con su peor enemiga Alicia Abott.
Sintió como su mundo se partía. Pero no lloró, contuvo las lágrimas.
No iba a llorar. No por alguien que no la valoraba. No lo merecía.
-Felicidades- les dijo haciendo que se separaran -Espero que sean felices- agregó mientras miraba ambos
-No estés celosa Ailén- dijo con diversión la Abott mientras recargaba su cabeza en el hombro del "Riddle"
-No lo estoy- respondió ella seriamente -Tom y yo solo somos AMIGOS- agregó mientras recalcaba aquella palabra -Los dejaré solos- finalizó con nauseas
Dicho eso, se dio la media vuelta y regresó por otro pasillo. Aquello le dolía, pero ya no lloraría por él. No lo haría; ya no más.
Regresó a la biblioteca, estaba dolida; si. Molesta, también. Pero no se dejaría afectar por aquello que había visto.
Miró a sus amigos, faltaba Tom. No le sorprendía para nada; ya sabía dónde se encontraba.
-Chicos... deberíamos ir al gran comedor. La cena ya casi comienza- sugiere la pelinegra
-Si, pero primero hay que esperar a Tom- comentó el Malfoy confundido
-Él esta... ocupado- respondió Ailén con indiferencia
Sus amigos lo notaron. Algo raro le pasaba.
-Bueno Ailén, deberíamos adelantarnos y que los chicos luego nos alcancen- dijo la pelirroja mientras se levantaba del sillón -Investigen que pasó- les susurró a los chicos antes de acercarse a su mejor amiga; estos asintieron -Nos vemos chicos- agregó mientras les sonreía y salía junto a la pelinegra
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Por los pasillos caminaba un pelinegro, hacia tiempo quería encontrar la cámara que su ancestro, Salazar Slytherin había escondido en Hogwarts.
Doblando por el mismo pasillo se encontró a su mejor amiga besando al idiota de Potter.
Pero había algo raro en aquella chica, su corazón. No latía fuerte al verla. ¿Qué pasó?
-Ella no es Ailén
Le susurró una voz femenina. Miró a todos lados pero no había nadie. Volvió a observar a aquella pareja, y lo entendió. Una ilusión.
-Buen intento Potter, Abott- les dijo tomándolos por sorpresa -Su ilusión, es un completa burla para el mundo de la magia- agregó molesto -¿Dumbledore los mandó a hacer esto?-
La ilusión desapareció dejando ver a Alicia en los brazos del Potter.
-Que inteligente eres Riddle- le dijo con molestia el castaño -Pero ya es tarde. Ailén ya no querrá ser tu amiga- río con burla
-Ustedes son los que causan las discusiones entre nosotros. ¿No es así?- su furia aumentaba a cada palabra que decía el Potter
-Tal vez si, tal vez no- respondió sonriente Abott
El pelinegro estaba apunto de maldecirlos cuando sus amigos aparecieron.
-¡Tom! ¡No lo hagas!- gritó a lo lejos el Black
-¡No valen la pena!- agregó el Lastrange
Tom suspiró mientras guardaba su varita. Tenían razón, no valía la pena ser castigado por unos estúpidos leones.
-Vamos, tenemos que encontrar a Ailén y Sadie. Necesito hablar con ambas- ordenó el Riddle mientras comenzaba a caminar con sus amigos atrás de él; cansados de correr hacia el pelinegro y ahora caminar hacia el gran comedor
Tom necesitaba hablar con la pelinegra. Aclarar lo que aquella chica vio, la maldita ilusión de esos idiotas. Con Sadie, bueno el solo quería decirle sobre los Mortifagos. Pero eso podía esperar, lo importante ahora era encontrar a Ailén y explicarle absolutamente todo.
No quería volver a pelear con ella, no otra vez.
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