Aether despertó suavemente en una posada, en una habitación pequeña, recostado sobre una cómoda cama. Paimon estaba aún dormida encima de la cama, como un pequeño cahorrito frente a él. Dainsleif lo esperaba sentado en una esquina, miró al viajero con alivio al saber que había despertado, y se acercó para hablar con él.
-Es bueno que estés bien, pensé que no despertarías pronto, ese Loki te dió una paliza.- Dainsleif sonrió sinceramente.
-Loki... No es nada a lo que me haya enfrentado antes ¿Qué sabes sobre él?- En el momento que dijo esto, se acercó a Paimon e intentó despertarla, habían cosas que no sabía sobre ella... Necesitaba respuestas.
-No mucho la verdad, él domina toda clase de técnicas secretas, nadie ha vivido para ver su rostro ¿Qué quería de ti, Aether? Me imagino que buscaba ganar tiempo para que no molestes a tu hermana, pero ¿Hay algo más?- Dainsleif parecía preocupado.
-No lo sé...- Dijo el viajero. Su corazón dudó sobre si debería contar sobre lo ocurrido con Paimon.
Aether estaba confundido sobre eso, miró a Paimon babeando la sabana mientras dormía. Había mucho que no sabía de ella ¿Habrá sido verdad todo lo visto? ¿Lo habrá soñado? ¿Era alguien malvada? No pudo descartar que podía ser un engaño de Loki, aunque, para ser un engaño era demasiado creíble.
Paimon había despertado, se emocionó al ver a su amigo recuperado, iba a lanzarse hacia él para abrazarlo, pero la duda la detuvo. Lloró por lo preocupada que estaba al ver lo que había vivido. Aether le acarició la mejilla al notar de que aún seguía siendo la misma niña de voz chillona de siempre.
-Paimon ¿Estás bien? ¿No te han lastimado?- Preguntó el viajero.
La pequeña compañera se lanzó hacia él con aún más lágrimas en el rostro. Sentía que se había librado de un gran peso de encima, posó su cabeza en su pecho y dejó sacar toda la frustración.
-¡Buaaaahh! Pensé que no despertarías, estuviste dormido por tres días. No sabes lo preocupada qué estaba por ti.- El viajero se limitó a acariciar su cabeza mientras la consolaba. - Loki es un bruto, lo odio, no puedo creer que te haya hecho algo asi.
Aether al oír estas últimas palabras, sus sospechas aumentaron. Sabía que no era un sueño, sin embargo no estaba seguro si se trataba de un engaño. Él acercó a Paimon, le limpió sus lágrimas y la miró directo a los ojos.
-Paimon... Yo... Quisiera saber si lo que pasó en Elinas fue real, y no un engaño ¿Todo lo que dijo Loki era verdad?- Aether quería saber la respuesta.
-No lo sé... Paimon no recuerda nada de su pasado, no se qué soy. Si soy alguien mala ¿Me querrías aún así? Por favor Aether, no me odies.- Paimon estaba asustada, no podía mentir, sin embargo, deseaba que todo fuese falso.
-Para mi, Paimon vestida de seda Paimon se queda.- Le sonríe con cierto cariño.-
-Tonto.- Paimon se ríe ante la respuesta ingeniosa. - ¿Entonces te quedarías conmigo siendo ese el caso?-
-Honestamente, si algo así llegara a pasar y te desviaras del camino, yo me esforzaría por traerte de regreso.- Aether le sonrió a Paimon.
-Aether...- La compañera sonrió y le abrazó con fuerza, se sentía segura en sus brazos. -...Gracias.-
En algún futuro esa desición sería tomada muy en cuenta, por ese entonces, solo significaría que había un gran camino por resolver.
-Tengo una pregunta para ustedes dos ¿Qué significa todo eso que mencionaron con relación a Paimon?- Dainsleif parecía tener una duda bastante comprensible.
-No es nada importante, gracias por llevarnos hasta aquí.- Respondió el viajero.
Aether y Paimon asintieron con la cabeza, acordaron tácitamente que no hablarían más del tema de la identidad de ella. Por lo que siguieron preguntando más sobre Loki y cualquier información que le serviría en caso de volverlo a enfrentar.
-Solo recuerdo el nombre que tenía antes de que él sea nombrado por Clotario Alberich. Creo que era Tenshin, si no me equivoco.- Dainsleif también parecía curioso sobre aquel tema.
-Paimon ahora recuerda, Tenshin usó una maldición Yako... Si no me equivoco los espíritus yako son espectros de bajo rango al servicio de los kitsune celestiales. Yae Miko debe saber algo de Tenshin, podríamos ir a preguntarle al santuario Narukami.- Paimon concluyó.
-Considero una buena idea preguntar a la Guuji sobre Tenshin, tal vez ella sepa algo que nos sea útil.- Dainsleif sonrió ante la sujerencia antes de actuar de forma seria como suele hacerlo.
El viajero finalmente se levantó de la cama para estirar su cuerpo y caminar a la salida de la habitación con Paimon.
-Supongo que nos veremos en otra ocasión, amigo. Espero que la próxima vez sea en mejores circunstancias.- Aether se dispuso a despedirse.
-¿Porqué no comemos con él? Estoy segura que estarás muerto de hambre, no comiste en tres días. Paimon tampoco comió porque estaba preocupada por ti.- La compañera tenía razón, había que reponer energías antes de seguir adelante.
***
Ya habían llegado a la isla Narukami desde el punto de teletransporte, Aether y Paimon se encontraron con el paisaje del lugar. El santuario Narukami estaba frente a ellos, con el templo principal, el árbol de sakura sagrado y el paisaje qué envolvía a su alrededor. Se podía sentir el perfume de los árboles en el viento, el calor del mediodía en el cielo, y los vientos que arrastraban las flores de cerezo.
El viajero caminó por el sendero de piedra hasta encontrarse con Kano Nana, una de las doncellas del santuario. Ella se le acercó al notar que se trataba de Aether.
-Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarle?- Preguntó la sacerdotisa.
-Señorita Nana, somos nosotros, estamos buscando a Yae Miko para hablar con ella. Es un asunto muy importante.- Paimon fue quien contestó.
La sacerdotisa marchó al templo y abrió la puerta del lugar para llamar a la sacerdotisa principal del santuario. Del templo salío una mujer de cabello rosado, orejas largas y caídas de zorro, con un pendiente en cada lado, y un traje de saserdotisa a la medida.
-Ah, pero si son ustedes.- Su voz era aguda, pero refinada y elegante. Se podía sentir un tono de cinismo en su voz.-Por favor no me hagan perder el tiempo, estoy en un asunto importante.- Yae Miko se la podía ver que estaba ocupada.
-Hola señorita Guuji, resulta que estamos buscando información sobre Tenshin ¿Lo conoce?- Paimon fue quien preguntó.
El cuerpo de Yae Miko se puso a temblar y su cara empezó a tener un tono pálido, como si le hubiesen aplicado un hechizo de pánico en ella.
-No se de quien me están hablando.- Yae Miko parecía genuinamente asustada.
-Vamos, conocimos a un chico que trabajaba para la orden del abismo, usaba magia kitsune y se llamaba Tenshin ¿En serio no sabes nada sobre él?- Le interrogó Aether, Paimon ya sospechaba algo.
-¿Qué pasa si lo digo más fuerte? ¡Estamos buscando a Tenshin! ¡Tenshin!- Yae Miko le tapa la boca a Paimon antes de que pudiera decir ese nombre una vez más.
-No digan ese nombre en voz alta por favor.- Le hace un gesto a los dos para que la sigan.
Entran al interior del templo principal, donde Yae Miko los espera con una taza de té de sakura. Ella se sienta frente a ellos con varias dudas sobre su cabeza, quería saber más sobre cómo se habían encontrado con aquel sujeto.
-¿Dicen que Tenshin trabaja para la orden del abismo?- la sacerdotisa suspiró triste por un segundo. -Definitivamente esto es mi culpa... Escuchen, Tenshin es un híbrido kitsune, hijo de un legendario zorro celestial y una sacerdotisa del santuario. Él...él es mi ahijado...-.
El viajero y Paimon sospechaban de aquello, pero ¿No se suponía que la mayoría de zorros celestiales se fueron después de la muerte de Kitsune Saigu, y el resto ahora solo son estatuas de piedra? Había algo que no cuadraba.
-Un momento, dijiste que solo tú eras la única en tu especie qué existía.- Paimon flotó con la mano en su barbilla.
- Eso pensé, es la verdad. Verán... Después de la muerte de kitsune Saigu, todos los zorros celestiales se fueron, antes de que empezara el decreto de caza de visiones sólo quedaban dos: una era yo, el otro era Tenken. Ustedes no lo conocerán, pero es más conocido por su apellido Kurama. -
-¿Entonces estamos lidiando con alguien muy difícil de tratar? - Paimon parecía preocupada.
-Tenshin es el último miembro de los Kurama, un clan reconocido por ser las fuerzas de élite de Raiden Makoto durante la guerra de los arcontes. Todos eran miembros rezagados de la sociedad de ese entonces, habían toda clase de yokai en sus filas. Se decía que ellos tenían una tasa de éxito del cien por ciento en sus misiones, y que fueron clave en batallas decisivas. Lo más impactante de ellos era que solo se los llamaban cuando no había más opción que el exterminio.- La sacerdotisa agachó la cabeza al pensar en eso.
-Yae, ¿Nos podrías ayudar a vencerlo? Ya que Tenshin seguramente nos detendrá para reunirnos con Lumine.-Aether no le gustaba para nada lo que acababa de oír.
-Presten atención.- Bebió un poco de su té y dió un mordisco a una de sus galletas.- Los ayudaré a derrotarlo, pero les advierto, no será nada fácil. Sólo les daré una condición, lo quiero vivo, después de todo, es mi culpa que haya terminado así.-
-¿Pero como es que Tenshin acabó trabajando para la orden del abismo?- Paimon sentía que Yae Miko les estaba ocultando algo importante, después de todo, ella no quería que Tenshin muriese.
-Verán.- Su cuerpo empezó a temblar, sentía que sus propias palabras se enredaban en su laringe.- Tenshin escapó de Inazuma durante el decreto de caza de visiones, después de la muerte de sus padres a manos de Ei. Él solo tenía catorce para ese entonces...- Yae Miko dió otro sorbo, tratando de librar el nudo de su garganta.
-Entiendo, sus padres tenían visiones, Ei quiso arrebstarselas, ellos se defendieron y murieron a causa de eso. Lo que no entiendo es porqué escapó de Inazuma ¿Acaso esa un portador?- Aether quería saber más sobre Tenshin. Tuvo que beber ya que Yae Miko le hizo un gesto para que lo hiciese, y no quería quedar mal ante su hospitalidad.
-No...Él nació con la capacidad de usar energía electro por naturaleza, fue herencia de su padre. La Shogun Raiden persiguió a Tenshin, porque era un usuario electro sin visión, algo que iba en contra de sus reglas en ese entonces.- Yae Miko bajó la vista.
-Hay algo que no entiendo, si Ei mató a sus padres ¿Porqué dices que fue tu culpa Yae? - Paimon comió todas las galletas qué tenía a su alcance. Después de atragantarse, fue hacia su té para liberar su esófago.
-La verdad es un poco más complicada de lo que parece... La madre de Tenshin, Kyoko, era mi discipula, ella se casó con Tenken al alcanzar la adultez. Un problema era que ella tendía a enfermarse seguido, por lo que Tenken iba por medicina cada vez que podía a Liyue. Una noche de luna nueva, las autoridades del shogunato se llevaron a Kyoko estando enferma y le arrebataron su visión. Después de eso, sucumbió a su enfermedad a los pocos días. Tenshin estuvo presente en ese entonces, pero no podía hacer nada, ya que en luna nueva suele convertise en un zorro inofensivo. Al llegar su padre de Liyue y enterarse de la noticia, fue a enfrentarse a Ei en el Tenshukaku, jamás regresó.- Yae Miko tomo un último respiro antes de llegar a la parte crucial.
Su mirada seguía abajo, su rostro estaba pálido, miró el reflejo de su rostro en su taza. No estaba segura si debía continuar, después de todo era una mancha que nunca se podría quitar de encima. Aether se acercó a ella y le acarició el hombro con confianza.
-Está bien Yae, no necesitas decirlo, y si lo dices, prometo no cambiar mi percepción de ti, todos cometemos errores.- Come una galleta con una sonrisa.
-Es verdad, pero si quieres decirlo, te esperaremos, tomate tu tiempo... ¿Entonces cómo nos ayudarás a detener a Tenshin?- Paimon quería cambiar el tema.
-No, debo quitarme ese peso de encima.- Yae Miko levantó la cabeza y les abrió su corazón.- Yo envié a las autoridades para que arrestaran a Kyoko, no hubo día en que me arrepintiera de esa desición estúpida.- Su voz estaba temblando a cada palabra que daba.- Le hice algo horrible a las personas que más quería...Ahora que sé que Tenshin sigue vivo, no puedo darme el lujo de dejar las cosas como están.- Hace la posición de dogeza ante Aether.- Por favor, viajero, te suplico que derrotes y lleves a Tenshin ante mi, no me importa lo que pase, solo quiero cerrar con esto de una vez por todas.-
-¿Porqué?...¿Qué razón tenías para hecerle eso a tu pupila? No lo entiendo.- Aether se mantuvo firme al respecto, le había prometido que no la trataría con frialdad después de todo.
- Yo... Tenía celos de ella... Tenken era el único kitsune celestial que había aparte de mi, era mi amigo de la infancia, yo... Estaba perdidamente enamorada de él, no pude soportar verla con otra. Cuando me di cuenta de mi grave error ya era demasiado tarde.- Sus manos temblaban, no quería romperse por nada del mundo.- Aether, no tengo excusas, no merezco el perdón, pero te lo ruego... Saca a Tenshin de la orden del abismo.-
Aquella situación era difícil de digerir, incluso Aether no pudo evitar sentirse indignado ante lo ocurrido. Tenshin no se merecía un destino así, pero ya no había vuelto atrás. Si no lo derrotaba, jamás vería a Lumine. Aún así, había algo que no entendía y esa era su predicción.
-Mona nos dijo que si no evitamos que Tenshin cumpla su deuda de sangre, una nación entera caerá, y Aether no verá a su hermana.- Paimon recordó lo que escuchó aquel momento en Fontaine.- Debemos quedarnos aquí para proteger a Ei, también deberíamos avisarle sobre la noticia de que el hijo de Tenken vendrá a Inazuma para vengarse de ella.- La compañera del viajero dijo eso con preocupación, después de todo, él logró robar parte de su energía lux.
- Tienes razón Paimon, debemos advertirle a Ei.- Mira a Yae Miko por un segundo.- Lo que le hiciste a Tenshin no tiene perdón, tampoco tiene justificación. No puedo decir nada bueno, te prometí que no cambiaría mi forma de verte, mantendré mi promesa.- El viajero se levanta con Paimon, e inclina la cabeza para salir al Tenshukaku.
Yae Miko suspira profundamente, no podía evitar sentirse muy mal por su error. De igual manera, que él tenga que ir a la isla Narukami podía ser algo bueno después de todo, ya que así no tendría que buscarlo.
Ella salió del santuario y se dirigió a un templo oculto, escondído, rodeado de un montón de vegetación, se podía ver que habían cosas guardadas ahí.
Abrió la puerta de aquel templo oculto, en el había como una pequeña armería, propiedad del antiguo Shinigami, con toda clase de herramientas. Una de ellas era una marioneta para practicar con armas, no parecía la gran cosa, salvo porque tenía una pequeña parte de la conciencia de Tenken.
-Este lugar me trae recuerdos... Tenken... Sinceramente lo siento mucho, trataré de enmendar mi errror, lo prometo.- Yae Miko se dijo a si misma, mientras sacó una visión vacía entre sus ropas. - También lo haré por ti... Querida Kyoko.-
***
Por otro lado, en la costa de Fontaine, estaba la tripulación de la Crux, cumpliendo con los preparativos para emprender un viaje hacia Ritou, en Inazuma.
En el puerto estaba la capitana Beidou con Kaedehara Kazuha, los dos parecían estar compartiendo un licor especial de la ciudad de Fontaine como una forma de despedirse de la zona.
-Supongo que fue divertido estar aquí mientas duró.- Se ríe Beidou al ver por última vez el puerto costero de Fontaine, para emprender un viaje en alta mar una vez más.
-No me quejo de la experiencia.- Kazuha bebe un poco del licor que le compartió Beidou.
De repente vieron a un pequeño zorro elfo azabache, del tamaño de un peluche, con unas pequeñas galaxias dentro de sus ojos ciegos. Parecía estar olfateandolos, y sus oídos se enfocaron a ambas personas.
Beidou parecía algo sorprendida en ver una criatura de aquella especie en Fontaine. Al verlo boztezar y emitir un sonido adorable, desde su pequeña garganta, no pudo evitar sentirse atraída al pequeño animal.
-¿Qué pasó amiguito? ¿Te perdiste?- Beidou miró con atención como se acercaba el pequeño zorro.
El animal se acercó con cuidado a Beidou, Kazuha le acercó la mano, él le dió un par de lamidas y agitó la cola con la cabeza a un costado.
-Qué curioso, no parece tener dueño, da la sensación como si quisiera ir con nosotros.- Kazuha sonrió sorprendido al ver la galaxias dentro de los ojos de la criatura.
Beidou lo tomó entre sus brazos, al verlo directamente quedó cautivada. Ella no pudo evitar hacer un ruido adorable al sentir el suave pelaje, el olor a hierbas frescas, y la lengua del zorro rozando su mejilla.
- Parece que tenemos un nuevo tripulante.- Su cara estaba muy roja. -Te llamaremos Xiao Tian.-
-También podríamos llamarlo Tenko. Significa lo mismo después de todo.- Kazuha bebió un poco más.
-Tenko.- Abrazó al pequeño zorro en su pecho. Podía ver como movía su cola mientras estaba con ella, y daba adorables sonidos.- ¿Te gusta ese nombre? Ten-ko. - El zorro le dió otra lamida en la mejilla. - ¡Mhmmm!- Ella dejó escapar un sonido muy agudo de emoción. - De acuerdo, te llamarás Tenko, de ahora en adelante serás mi nuevo compañero. Nos llevaremos muy bien tu y yo, jajajaja.-
-Ahahahahah.- Tenko emitió una adorable risita de zorro.
Cuando ella escuchó aquello, su corazón no pudo soportar tanta ternura, por lo que lo dejó en manos de Kazuha y se fue a mojarse la cabeza con agua fría.
El joven espadachín sostuvo a Tenko en sus brazos, y le dió un par de caricias, para felicitarlo. Jamás pudo ver a la capitana tan avergonzada, fue increíble que una criatura así lo haya logrado.
-Eres todo un don Juan, mi pequeño amiguito.- Después de una pequeña lamida en la mejilla, Kazuha se llevó Tenko al barco para emprender una larga travesía al mar.