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—Ese hombre sabe todos los detalles. No creo que debamos permitirle entrar a la ciudad base, sin hablar de la oficina central de la Asociación de Entrenadores —dijo Legend Riverside frunciendo el ceño.
—El comandante en jefe pareció disentir. —Pero al Hermano Lu parece confiar en ese hombre. El Hermano Lu es un entrenador superior. Debería poder discernir si ese hombre es una bestia disfrazada...
—¿Y si el Hermano Lu no puede estar seguro? ¿Sabes cuán grande sería el problema? —Legend Riverside resopló. No se sentía cómodo con la situación.
Su Ping no había tomado crédito de nadie, pero a Legend Riverside no le gustaba un hombre que se jactaba.
Además, Su Ping era bastante sospechoso. ¿Cómo había logrado saber todo sobre sus informaciones secretas!