El Viejo Maestro Ye apartó la mirada del espejo y dijo descontento —No pregunto si me queda bien. Te pregunto: ¿me veo amigable? ¿Les gustaré a los jóvenes? ¿No es este color demasiado serio?
El anciano mayordomo miró su poderosa aura y luego su cabello blanco y cara seria. Pensó en las preguntas y se quedó un poco sin saber qué responder. Susurró tentativamente —Si piensa que el color es muy serio, ¿por qué no lo cambia a rojo? El rojo es un color de celebración.
—¡No es año nuevo! —El Viejo Maestro Ye miró al espejo otra vez—. Olvídalo. No creo que te pregunte más sobre estándares estéticos.
El mayordomo:
—…
No podía soportar verlo gesticular frente al espejo durante toda la mañana. Le recordó suavemente —Viejo Maestro Ye, ¿desea preguntarle al Joven Maestro? El Joven Maestro debería saber qué color le gusta a la Señorita Qiao.
Los ojos del Viejo Maestro Ye se iluminaron. Lo miró con aprobación y luego observó la sala de estar.