Alicia tragó su saliva. Su boca se le hacía agua solo con mirar el cuello de Ezequiel mientras una sensación indescriptible brotaba desde su interior. Entonces su aroma flotó hacia ella y la golpeó.
Siempre se había sentido atraída por su olor masculino y único. Siempre le había encantado. Pero ahora, ese mismo aroma parecía haber aumentado su intensidad y al parecer tenía una fragancia narcótica subyacente lo suficientemente fuerte como para hacerla sentir colocada con solo inhalarlo. Esto era malo... podía sentir cómo toda su boca salivaba involuntariamente mientras más inhalaba ese aroma adictivo.
Inclinó su cabeza hacia atrás y ligeramente hacia un lado. Ese gesto fue suficiente para decirle que se estaba ofreciendo - su sangre. Quería que ella lo mordiera y se alimentara de él.