—Los gemelos finalmente lograron quedarse dormidos después de llenarse de galletas y otros bocadillos que estaban en mi bandeja —dije. —Jugamos un poco con ellos junto a Iván antes de que finalmente se cansaran y se quedaran dormidos. También me agotaron, juro que no sé de dónde sacaron tanta energía los gemelos. Definitivamente, no de mí, siempre fui tranquilo cuando era niño, pero sospecho que puede ser porque no tenía con quien jugar. Definitivamente tiene que ser de Iván, él era muy rebelde de niño. Lo sé porque lo presencié de primera mano, eso fue lo que nos unió después de todo.
Observé a Iván, quien estaba mirando a los gemelos con una sonrisa en su rostro que logró conmoverme un poco. Iván pareció notar mi mirada en él porque en ese momento decidió levantar sus ojos grises hacia los míos. Como si hubiera hecho algo mal, rápidamente aparté la mirada, maldiciendo después por optar por ser un cobarde en ese momento.