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Lila entendió la indirecta en cuanto la oyó.
Pero su hija solo tenía tres meses. Aunque Janette estuviera dormida, aún la hacía sentir incómoda. Sin embargo, sus preocupaciones eran innecesarias porque el Presidente Mo ya sabía esto y había preparado una cuna para el bebé; incluso la había insonorizado. Tan pronto como Lila vio la habitación, no pudo evitar reír.
Hombres: en verdad no pueden estar demasiado tiempo sin...
—Durante la cena, Mason le dijo a Lila —La ayudante que he contratado para ti debería llegar mañana. Cuando ninguno de los dos esté, puedes dejar a Janette con ella para que la cuide.
—¿Se puede confiar en ella? —preguntó Lila.