En un instante, todos comenzaron a mirar a Lila de manera diferente. Envidia, celos, rivalidad; todos la rodearon y la juzgaron. Sin embargo, nadie se atrevió a acercarse a ella y provocarla.
La razón era simple, el cuerpo de Lila ya estaba marcado con el logotipo de Mason.
Si uno ya no quería sobrevivir en la industria, eran bienvenidos a poner a prueba la autoridad de Mason.
Lila frunció el ceño. Gina notó este ligero movimiento —Esto es algo por lo que tenías que pasar. Tienes que soportarlo.
—Necesito un tiempo para acostumbrarme —respondió Lila—. Además, en cuanto al futuro, todavía tengo muchas incertidumbres.
—¡Estoy segura de que los dos podrán avanzar juntos! —le dijo Gina.