—Los pináculos supremos más eminentes, cuando alcanzaban la vejez, sellaban su propia vitalidad para no perder ni un ápice de ella —declaró solemnemente el narrador—. Hacerlo podía prolongar su esperanza de vida.
—Porque tenían mejores maneras de matar enemigos.
—¡Poder mental!
—El poder mental podía controlar armas, matando enemigos desde una distancia de kilómetros.
—Cuando Braydon Neal aún era joven, presenció a Sadie Dudley en el Monte Bliz matando enemigos solo con mover un dedo desde un kilómetro de distancia.
—Estos métodos habían revelado desde hace tiempo que Sadie era extraordinaria.
—Sin embargo, Braydon nunca había dudado de todo eso.
—Después de todo, él nunca se había guardado contra Sadie.
—Pero tras una reflexión cuidadosa, se descubriría cuán aterradora era la fuerza de Sadie.