Thatcher Kingston quería decir algo.
—¿Me buscas a mí? —preguntó suavemente Tyce Kingston, que estaba tomando té a un lado.
Braydon Neal se movió hacia un lado y desenvainó la Espada del Rey del Norte de su cintura. El filo de la espada rasgó la cara de Tyce.
Braydon, el Rey del Norte, seguía siendo el mismo.
Sin decir nada más, se lanzó hacia adelante.
Esta acción sorprendió a muchos.
—¡Tyce! —gritó Thatcher.
—¡Pequeño Siete!
Jocelynn Newman y Josette Hinton estaban preocupadas de que Braydon resultara herido.
La fuerza de Tyce no era más débil que la de Frosty.
Que Braydon luche con él era como tirar un huevo contra una roca.
Sin embargo, las dos hermanas mayores de Braydon jamás habrían pensado que Braydon vendría a vengarse sabiendo que su fuerza era muy inferior a la de Tyce. ¿Por qué intentaría vengarse a la fuerza?
¡Porque Braydon quería arrastrar al Monte Kingston consigo!
La gente del Monte Kingston había asesinado a los padres y parientes de Luke Yates.