—Si alguna vez sientes que te estoy amando demasiado, recuerda, he perdido demasiados años de amarte antes de conocerte. Así que solo estoy compensando.
—Me estremecí y gemí fuertemente cuando los labios de As encontraron el botón sensible entre mis piernas. Mis mejillas ardían, deben ser del color del tomate ahora. No sabía si estaba bien o mal. Todo lo que podía sentir es el perverso ritmo de su cálida lengua deslizándose contra mi carne expuesta.
—Mis manos apretaron su pelo. No estoy segura si quiero alejarlo. Pero no quiero dejarlo ir... No quiero que se detenga. Él despertó algo profundo dentro de mí y ahora no podía simplemente alejarlo sin llegar a la prometedora felicidad que me espera.
—Su lengua jugó con el botón sensible entre mis piernas. Mi cabeza colapsó en la almohada. Suaves gemidos emergieron de mis labios. No podía creer que esos sonidos eróticos estaban emanando de mí.