—Trinidad
Desde el momento en que desperté de aquella advertencia, estuve alternando constantemente entre un estado de intensa ira frustrada y un pozo de desesperación interminable. Nunca me perdonaría si algo le sucediera a la gente de mi ciudad y mi manada. Nunca me perdonaría si mi familia resultara herida por ese psicópata idiota que se hacía llamar mi padre. Necesitaba protegerlos a todos, a todos ellos.
El momento en que aterrizamos en Colorado fue como un evento circense bien ensayado. Noé y un grupo de guerreros de la manada estaban allí en las mismas SUVs en las que nos habíamos ido. La diferencia esta vez fue que llegamos más tarde en la mañana y había mucha más gente alrededor para ver el espectáculo.