Nera no sabía a dónde debía ir desde aquí, porque era la primera vez que estaba en el pueblo, aunque había vivido aquí durante años, pero nunca había salido del área que Rei le permitía ir.
Por lo tanto, las bulliciosas calles y los ruidos fuertes de todas las personas la molestaban. Estaba abrumada, no podía pensar con claridad. El espíritu no podía venir a verla, ya que odiaban el ruido.
Las personas que la miraban con una mirada curiosa en sus ojos y le preguntaban si estaba bien, le parecían aterradoras a los ojos de Nera, aunque no le hicieran nada.
Lo único que Nera tenía en mente era cómo escapar de esta situación, porque se sentía sofocada al estar rodeada de tantas personas.
Nera ni siquiera sabía por qué había huido de Rei cuando él la besó, pero ese fue su primer instinto de alejarse lo más rápido posible de su agarre.