"No tardó mucho para que Gracia examinara a Zale e informara al alfa.
—Está limpio, alfa —le dijo el sanador al alfa después de su exhaustivo examen.
Caña estaba de pie junto al carruaje, mientras Iris lo miraba a través de la ventana y escuchaba su conversación. Tenía la espalda hacia ella, pero podía imaginar cómo sus ojos azules se iluminaban de felicidad al escuchar lo que Gracia le informó.
Porque eso significaba que Zale podía ir con ellos. No es que Iris quisiera que alguien jurara lealtad a ella, pero era agradable pensar que podría ayudar a una sola persona de esa manada, aliviaba su culpa.
—Está bien, pero está desnutrido, necesitamos hacer más para recuperar su salud —luego, Gracia miró a Iris—. No está dispuesto a decirme su nombre hasta que te conoció, luna.
—Ese joven tiene agallas —comentó Caña, era difícil saber si eso le molestaba o simplemente lo elogiaba de una manera extraña.
—Zale, su nombre es Zale —dijo Iris—. Lo veré…