"Iris frunció el ceño. Hizo un puchero mientras Cane le susurraba al oído, revelándole donde estaba el cuerpo del príncipe Vemion.
Entonces inclinó la cabeza y lo miró incrédula mientras decía molesta —Sabes que soy sorda, ¿verdad?
Había alegría en esos oscuros ojos de él y una pequeña sonrisa se dibujó en la esquina de los labios de Cane cuando escuchó su protesta —Lo sé —respondió secamente.
—¿Estás jugando conmigo? —Iris entrecerró los ojos hacia él, pero él simplemente apartó sus flequillos y se levantó.
—Vamos, tenemos una cena con el alfa Gill —Cane tomó la mano de Iris. Ella parecía reacia a cenar con el alfa Gill. Ni siquiera quería estar cerca de él.
Cane podía verlo, pero no podía complacerla en todo, Iris necesitaba aprender a enfrentar su incomodidad porque tal como él le había dicho y mostrado, su camino a seguir estaría lleno de cosas mucho peores que una simple incomodidad, por lo que necesitaba aprender a enfrentar su propia crisis.