"<>Te ves tan cansada —dijo Aria, al entrar a la sala de estudio de Cane, llevaba una bandeja—. Te traje bocadillos y té, necesitas descansar, mi alfa."
Aria lucía tan hermosa en su vestido blanco. Parecía casi como una cambiaformas de alto rango en la manada, aunque había nacido como esclava. Como fue la única mujer que estuvo junto a Cane durante los últimos tres años, la gente la respetaba como la mujer de Cane.
Algunos incluso llegaron a decir que sería la futura luna de la manada y en la mente de Aria, ella pensaba lo mismo.
La compañera de Alfa Cane había muerto junto con su primogénito y las posibilidades de que él tuviera una segunda oportunidad de compañera eran escasas.
Encontrar una segunda oportunidad de compañera era como un milagro. Era muy raro, pero no era algo desconocido.
Sin embargo, necesitaban estabilizar su manada pronto y tener una luna aseguraría a la gente que el Alfa no dejaría el puesto vacío para siempre. También aseguraría el linaje.