—Sunny y Nephis se apresuraron en un intento de encontrar un lugar donde esconderse... pero no fue necesario.
Su primer pensamiento fue que la temible mariposa había ganado la batalla contra la Serpiente Azul. Si ese fuera el caso, entonces sus destinos estarían sellados. Sin embargo, un momento después, un rugido ensordecedor sacudió el mundo, empujándolos al suelo.
Al mirar hacia las aguas tormentosas del Gran Río, vieron a una criatura familiar emergiendo a la superficie.
La serpiente lucía bastante mal, con innumerables laceraciones profundas cubriendo su poderoso cuerpo. Corrientes de sangre escarlata fluían sobre sus escamas azur, y sus ojos gigantes parecían aún más enloquecidos que de costumbre. Llamas de malicia asesina indescriptible ardían en las profundidades nubladas de sus ojos —pero, por una vez, esa malicia no iba dirigida a los dos humanos.
En cambio, estaba dirigida a la maltratada mariposa.