Durante los siguientes días, Sunny y Jet persiguieron sigilosamente al Ciempiés Calavera. Estos días fueron largos, tensos y peligrosos —no solo tuvieron que enfrentarse a la naturaleza maravillosa, sino también mantenerse al día con la abominación espantosa sin ser vistos ni percibidos por ella. En varias ocasiones, casi fueron descubiertos, logrando salvar la situación en el último momento.
Sunny no estaba seguro de qué hubiera pasado si la criatura los hubiera encontrado. Con Santo apoyándolos desde las sombras, al menos tenían una pequeña posibilidad de matar al Tirano... pero una batalla como esa sería desastrosa. Habría tenido que ser una de esas batallas en las que se ve obligado a arriesgarlo todo, sobreviviendo por poco.