—Sunny planeaba por los cielos —observaba tensamente el reverso de la Isla del Naufragio a través de los ojos de su sombra—. La cadena delante de él estaba llena de un enjambre de Demonios Caídos, pero detrás de él... no quería ni saber lo que era la cosa que se ocultaba en la oscuridad.
Una cosa quedó clara, sin embargo, y fue por qué ninguno de los Gusanos de Cadena había intentado devorar al gigante de hierro que se balanceaba en los restos de una cadena celestial rota... o mejor dicho, había logrado intentar morder un pedazo de él. El coloso muerto era como queso en la ratonera, atrayendo a estas viles criaturas hasta el rango en el que el ser que habitaba en la oscuridad perpetua podía atraparlas.
—Sunny estaba seguro de que muchos Gusanos de Cadena habían intentado festinarse con el gigante de hierro —pero terminaron siendo el festín en su lugar—. Actualmente, trataba de evitar el mismo destino.