—Me encantaría que siempre me despertaran así —dijo Regaleon con una sonrisa.
—¿Y-Ya estás despierto? —pregunté sorprendida.
—Estaba realmente dormido hace un momento. Pero cuando sentí tus cálidos labios en los míos, ¿cómo no iba a despertarme? —Regaleon sonrió dulcemente. Pero entonces su sonrisa cambió a un ceño fruncido en un instante.
—¿Qué sucede? —pregunté con curiosidad.
—¿Qué le pasó a tu hermosa mejilla? —Regaleon preguntó preocupado. Acarició suavemente mi mejilla con su pulgar donde estaba mi herida.
—Ahh —Regaleon solo estaba acariciando el borde externo de mi herida, pero aún podía sentir la picadura.
—¿Está hinchado? —pregunté preocupada.
—¿Quién te hizo esto? —los ojos de Regaleon se oscurecieron con hielo. Había un atisbo de peligro en su par de ojos azul oscuro. Estaba emitiendo un aura de ira e intención asesina.
—Bueno, en realidad, planeaba lastimarme —le confesé.