—¿Estás organizando una fiesta? —Mia preguntó cuando salió de su dormitorio y vio a Jeff arreglando la mesa de comedor.—
Se había quedado encerrada en su dormitorio toda la mañana ya que no tenía razón para salir de la casa.
—No. Solo iba a llamarte después de poner la mesa. No has comido nada en todo el día, ¿verdad? —Jeff preguntó, sin mirarla.—
Él había escuchado sus llantos en medio de la noche y sospechaba que era porque la prueba de embarazo había dado positivo.
Para alguien que estaba embarazada, ella no se cuidaba en absoluto. Se preguntó si estaba pasando hambre deliberadamente porque no quería quedarse con el bebé.
—No, no lo he hecho. No me digas que preparaste todo esto —dijo Mia mientras dejaba caer su teléfono en la mesa y tomaba un alita de pollo.—
—Lo hice. Siéntate y come —ordenó Jeff mientras sacaba una silla para sí mismo y se sentaba, mientras Mia lo miraba con los ojos entrecerrados.—