Si Quinn hubiera afirmado que no estaba preocupado por toda la situación de Vorden y Raten, habría estado mintiendo. Estaba increíblemente preocupado ya que no tenía ni idea de lo que realmente les había pasado, solo el relato de Sil sobre el asunto.
Finalmente, Shiro les trajo la confirmación que necesitaban: los dos estaban presentes en la mente de Sil. Ahora, todo lo que habían hecho y todo lo que iban a hacer no sería en vano.
El más feliz al respecto era sin duda Sil. Desde entonces, prácticamente caminaba por la base con entusiasmo y alegría, saludando a todos los que pasaban. Era casi como si se hubiera convertido en una persona completamente diferente; además, siempre preguntaba a Shiro qué había dicho Vorden y cómo estaba, incluso le pedía a Shiro que volviera a hablar con él.