—¡Oh, no! —Esa fue la primera idea que pasó por la cabeza de Quinn después de dar su patada. Había realizado la patada en el muslo. Un movimiento que había practicado muchas veces, pero todo lo que había planeado inicialmente salió mal o diferente de lo que había esperado.
Por un lado, Quinn solo había planeado usar la mitad de su fuerza, con la esperanza de igualar lo que había hecho en el juego. Pensó que tenía la velocidad y la fuerza necesarias para imitar eso bastante bien. Sin embargo, esta era la vida real y no el juego.