Quinn y Vorden comenzaron a regresar a su dormitorio, asegurándose de no ir demasiado rápido. No querían otra situación en la que un estudiante los viera corriendo por los pasillos, lo que atraería la atención y los haría parecer sospechosos.
Pero mientras caminaban por los pasillos, varios pensamientos pasaron por sus mentes. Quinn ya no podía sentir la conexión entre él y Peter, mientras que Vorden se culpaba a sí mismo por no asegurarse de que Peter y Layla estuvieran bien. Simplemente nunca pensó que Peter se pondría hambriento tan rápido, solo se comió a Earl ayer.
Finalmente habían llegado justo afuera de la habitación y cuando abrieron la puerta, lo primero que vieron fue la ventana rota y los fragmentos de vidrio por todo el suelo.
—Eh, ¿dónde está Layla? —preguntó Quinn— ¿No crees que Peter ya... se la comió?
Pero si ese fuera el caso, Quinn habría recibido un mensaje del sistema, y además no había sangre en la habitación.