—Conseguirás lo que quieres —La ira y desesperación en la voz de Wendy habían dado paso a la calma mientras continuaba—. Te odiaré para siempre y te mataré sin pensarlo dos veces si tengo la oportunidad de hacerlo.
—Te odiaré para siempre...
Esas palabras sonaban en los oídos de Christian y se repetían en su mente una y otra vez.
Su corazón dolía terriblemente cuando veía a Wendy tendida en la cama. Ella ni siquiera luchaba.
El médico ya había estado preparándose para la cirugía. Christian miraba el equipo quirúrgico acercándose a Wendy mientras ella cerraba los ojos con fuerza, las lágrimas emanaban de la esquina de sus ojos.
Christian no pudo evitar aflojar ligeramente sus puños apretados. ¿Era realmente esto lo que quería? Wendy estaba a punto de perder a su hijo y estaría en dolor por el resto de su vida. Ella se acordaría de él para siempre aunque fuera porque lo odiaba.