Scarlett llegó a su casa justo cuando el sol comenzaba a salir, lanzando un suave resplandor en el horizonte. Con pasos delicados, entró en la habitación con poca luz. En silencio, se quitó la ropa y se puso un cómodo camisón. Lentamente y con cuidado, se metió en la cama, acomodándose al lado de Xander, que aún dormía profundamente.
Una sensación de alivio la invadió, al saber que su esposo no se había despertado esperándola.
El cansancio del día pesaba sobre ella y sus párpados se volvían pesados. En minutos, Scarlett estaba en un sueño profundo.
...
Dos horas después, Xander despertó de su sueño, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Scarlett durmiendo tranquilamente a su lado. Una sonrisa gentil adornó su guapo rostro.
A lo largo de la noche, había estado lleno de preocupación y sin poder dormir, consumido por los pensamientos de su seguridad. Fue solo con la llegada de la mañana que el sueño finalmente lo atrapó.