Luego de que Jeslyn saliera de la habitación de Brian, se suponía que debía salir de la mansión, pero escuchó un fuerte ruido proveniente de una habitación a unos pasos de distancia. Curiosa, se dirigió hacia allá y encontró la puerta entreabierta. Adentro, alguien estaba tosiendo y sollozando bastante mal. ¡Por la voz, era Nancy!
Jeslyn empujó la puerta y entró. La habitación era agradable pero no tan buena como la de Brian. La cama tenía una pantalla blanca que la separaba de la vista.
—Muerte... Rondador nocturno– ¡ajem! ¡ajem! —ella tosió un par de veces más.
La humanidad en Jeslyn no le permitió ignorar la desesperada situación, así que se apresuró hacia adelante y apartó la pantalla.
Jeslyn se sorprendió por lo que vio. Acostada ante ella en la cama blanca, estaba Nancy pálida con un camisón blanco. Su temblorosa mano sostenía un pañuelo blanco en sus labios manchados de sangre. El pañuelo blanco estaba rojo por las manchas de sangre.