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90% LOS HEREDEROS DE LEDEBEV / Chapter 9: matrimonio o nada

章 9: matrimonio o nada

Mis pies se movían de arriba abajo en un ritmo constante, mientras me mordía mi dedo índice, una y otra vez, el cual era la segunda víctima de mi mano después de dejar el anular completamente maltratado, puedo jurar y asegurar que me dolía horriblemente siquiera tocarlo, por Jesucristo y todo lo sagrado, no puedo creer lo que estoy haciendo.

Me encuentro en ese momento de tu vida en el comprendes cuan tonta y ridícula que puedes llegar a ser, pero te compensas a ti mima con aquella respuesta de porquería que te repetiste una y otra vez y aquella es "era la única opción, no tenía más remedio" que completa mentirosa soy. Sí, eso es lo que soy, una mentirosa y una completa cobarde, maldigo una y otra vez en mi interior, mientras que giro a mi cabeza a la derecha y Lukyan esta abrazado de Life como quien la protege incluso en sus sueños, algo que logra enternecerme hasta lo más profundo de mi ser, pero entonces observo a mi izquierda y hay esta aquel malnacido que tanto odio, el cual no me dio opciones para evadirlo, pues si dejaba a mis hijos con él, no sabía cuál sería el futuro que los albergaría, además de que nunca sería capaz de abandonar mis bebes en las manos de dicha familia, ni la de nadie. doy un gran suspiro y me decido hablar por fin luego de dos horas en silencio intentado calmar a los niños luego de aquel gran susto que les di en el momento en el que mis nervios me traicionaron.

--no son tuyos…--me ignora, gigantón maldito, como lo odio—¿me escuchaste gigantón…? Hey... te hablo a ti, no son tuyos…--le hablo de nuevo y este levanta la mirada hacia mí, en lo que da una leve sonrisa, mientras aquel imbécil que lo ayudo a quitarme a mis hijos me observa como si estuviera loca, lo cual hace que mi actitud de porquería resurja y le levante una ceja mostrándole que no me gustaba que me observara, pues tanto a él como al hijo de puta que tengo a mi lado, solo hacen que un pensamiento llegue a mi cabeza y aquel es el gran fastidio que me causan —¿qué me ves rubio…? y tu cuando pisemos aquel frio lugar, me dejaras tomar el primer vuelo de regreso con mis hijos pues no son tuyos… ustedes se irán a la mierda y yo me iré de regreso a mi bello california…--ahora mis palabras van dirigidas hacia el casi pelinegro, quien me observaba divertido ante mi pataleta de niña frustrada.

Porque sí, estoy muy enojada y quiero hacer un gran escándalo, un poco extraño viniendo de mi parte, pero no me importa estoy enojada y ahora no quiero pensar en los demás y sus sentimientos, por primera vez en mi vida, quiero pensar en mis míos, en lo que quiero y lo que quiero es moler a golpes a este par, junto aquella rubia que se mueve insinuándose de un lado a otro buscando la atención de Ull como un jodido pavorreal

--son míos y si no lo eran antes, desde este instante lo serán…--no puedo creer aquellas palabras, no sé si sentirme alagada por el hecho de que el desea hacerse cargo de mis hijos, o sentirme horrorizada porque desea ser el padre de mis hijos, por Jesús sé que soy una persona que no sabe cómo dar a entender sus pensamientos, pues si soy sincera no puedo creer que este hombre diga aquellas palabras tan tranquilo

--Ull Ledebev, ya han pasado seis años desdés que nos vimos la última vez—al decir aquello este se tensa y de nuevo levanta la mirada de su computadora y me observa como si no entendiera a donde iba con todo aquello, por lo que decido hablar de nuevo—a lo que voy con todo esto, es que tú debes de tener a quien molestar, no lo sé…--me inclino hacia él y entre cierro mis ojos, mostrándole un gesto interrogatorio con mi expresión, lo cual él solo hace una medio sonrisa pero aún sigue en silencio, olvidaba lo silencioso que puede llegar a ser Ull Ledebev—no se… ¿amigos? ¿Una novia? ¿Otros hijos? ¿Serpientes venenosas? ¿Un lago helado en el que te sumerjas y cuentes hasta mil…? --y ahí ocurrió, este soltó una gran carcajada y por alguna razón aquello también me divirtió, quería reír a su compas, de hecho, recordé aquella época en la que me encantaba buscar cualquier manera de hacerlo reír a carcajadas y me motivaba aún más el solo verla de su parte, pero luego me reprendí internamente por aquello que había hecho y solo hice un sonido con la garganta, mientras le daba una mirada al rubio, quien veía su jefe como si jamás lo hubiese visto reír de aquella manera, o como si algo demasiado extraño le ocurriese.

--debo decir que hacía mucho tiempo no reía de algún comentario o gesto, de hecho no he reído durante mucho tiempo hasta hoy…--le hice gesto despectivo al escucharlo y de nuevo me dedique a observar a mis hijos, quienes estaban aún dormidos pero su fiebre estaba aumentado, aquello no me agradaba en lo más mínimo, debido que al haberse alterado, suelen enfermarse un poco más y la fiebre es lo bastante alta, hasta llegar al punto de ser bastante tediosa y caótica, además de que note como el precioso, pero corto cabello de Life se estaba quedado pegado en el asiento de avión, no por favor, no de nuevo --¿ocurre algo?—Ull se acerca demasiado y yo solo doy un suspiro para comportarme y no dejarme guiar por su exquisito olor, o por la exuberante aura de macho alfa que emana su cuerpo y todo él, en definitiva, aquel ser demuestra hombría por doquier, pero entonces cuando salgo de aquellos pensamientos tan poco éticos viniendo de una persona que indica odiarlo, asiento con la cabeza y me digno hablar

--necesito pañitos de agua para calmar su fiebre ya que al parecer está subiendo su temperatura, además de que necesito algo para que mi pequeña hija no se le caiga el cabello… estaba tan ilusionada con que creciera…--dije aquello último en un susurro, mientras acariciaba a Life, quien daba leves suspiros llenos de tranquilidad, después de haber llorado al igual que su hermano, hasta el cansancio lo cual luego de calmarlos se quedaron completamente dormidos, algo que es muy normal en mis pequeños, ya que suelen estar cansados todo el tiempo, debido a aquella enfermedad la cual no los deja avanzar como debería

—Irina trae paños de agua de inmediato—Ull le dice aquello a la rubia de largas piernas, mientras que aquella dice un "si Boss" hacia Ull y este no le da otra mirada más, solo se dedica a ver el mechón de cabello que tengo en mis manos, el cual observo como si fuese algo muy doloroso para mí, pero entonces noto como su enorme mano cubre la mía, mientras retira aquel fragmento de pelo de mis manos y me hace darle una mirada—ella se recuperara, al igual que él, no temas ya están conmigo—quisiera asentir con la cabeza lo juro, pero aunque él sea o no compatible, nada me asegura que más adelante no desee quitármelos, y que lo haga es como si de paso hiciera lo mismo que esta enfermedad hace y aquello es alejarme de mis grande tesoro

--no te creo ni un carajo y aunque suene como a deja vu andante, solo quiero una cosa de ti y luego no quiero volver a verte, ahora dame tu teléfono—Ull solo sonríe como lo ha hecho desde que nos vimos, mientras niega con la cabeza, en lo que me entrega de manera inmediata el teléfono, a lo que mientras la mujer rubia me entregaba el contenido de agua, junto con las toallas, yo aprovechaba para hacer una llamada, mientras sostenía el teléfono con mis hombros y cara, para lograr colocar aquellos paños en sus frentes y así conseguir calmar un poco la fiebre de mis hijos. Me lleve una gran sorpresa al notar que en el primer tono y un hola mami… esta me bombardeo de preguntas

--¿cariño eres tú…? ¿Por dios dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Dónde están los niños? Estamos muy asustados… cuando llegamos nos encontramos con que te habías marchado al hospital con un hombre muy extraño… ¿qué está pasando Gabriela White…? --di un gran suspiro a todas las palabras de mi madre, pues no sé cómo voy a responderle ciertamente, ¿qué le diré? Mamá… a que no adivinas que apareció el padre de mis hijos y este prácticamente nos secuestró, porque la manera en la que nos subió a este aparato no es más que un secuestro

--mami lo siento sé que debí darte aviso, pero encontré el donador y tuve que viajar de manera inmediata ya que este vive en Rusia…--silencio… ella está completamente callada, yo y mi poco tacto al hablar con las personas, sé que debería haberle dicho aquello de otra manera, además no quería mentirle, solo le estoy diciendo la verdad a medias es lo mejor que puedo hacer, luego de unos segundos esta volvió hablar

--¿cuándo hablaste con él Gabriela…? --y claro que ella lo iba a saber, por Dios ella no es tan tonta, además de que mi madre es lo suficientemente lista para saber que el único donador que nos podría dar aquella solución tan repentina, es el padre de mis hijos y más al estar en aquel lugar—Gabi… ¿fue él, el que vino por ti? ¿Te hizo daño? ¿Quieres que vayamos de inmediato por ti…? Cariño respóndeme... –le doy una mirada cargada de enojo a Ull, pero decido dar un gran suspiro y hablar buscando un poco de tranquilidad en mi madre, ya que no puedo meter a mis padres en problemas, no sé qué se traiga este hombre y más al ser quien es, porque algo que no olvido es que el me mintió sobre el trabajo de su familia y resulto no ser más que un mafioso

--estoy bien mami… solo que si no aprovechaba la oportunidad ahora... no la tendría nunca, y no te preocupes él no me ha hecho daño, solo te llamare si necesito algo… ¿está bien...? te amo mami…--mi madre da un gran suspiro al escucharme y luego de lo que parece una eternidad, esta acepta mis palabras y cuelga el teléfono, por lo menos logre calmar un poco los nervios de mi familia por lo menos un poco, ahora falta calmar los míos—si mi madre te llama no le contestes yo buscare un teléfono después y los llamare…--Ull recibe su teléfono y toma asiento a mi izquierda de nuevo, mientras coloca el computador en su regazo, pero luego de unos momentos de silencio habla

--¿por qué huiste hace seis años de Yakitia? --mis manos tiemblan ante la mención y juro que mi corazón late tan fuerte que no sé cómo controlarme, pero luego de segundos en los que estoy segura que él no se ha percatado de aquello, parece dejar de lado la pregunta y cambia el tema –tendrás que pasar algunas pruebas, pero estoy seguro que lo lograras…

--¿lograr que…? --no lo dejo terminar la frase, pues no logro entender nada de los que se supone que está hablando, pero entonces este me deja completamente anonadada al explicarme sus palabras

--para que acepten el matrimonio, con la madre de mis hijos…--por la mierda, este hombre sí que está loco, no lo haré, no me casare con él, se puede ir a la mierda, porque yo no soy aquellas ridículas que están desesperada por atención del gran Ull Ledebev, director general de belly volk, los grandes lobos blancos del vodka, uno de los más famosos de todo el mundo, quien se perfectamente que tiene una vida oculta, la cual no permitiré que me inmiscuya en ella ni a mí, ni a mis hijos

--¿qué crees que somos…? ¿los protagonistas de una historia creada por una adolescente, en el que yo aceptare tu mierda de manera inmediata? ¿Qué quieres que me baje las bragas para que me folles duro hasta que no pueda caminar… y vivamos felices para siempre? --al decir esto Ull sonríe divertido por mi respuesta aunque frunce un poco el ceño, pero aquella expresión de diversión no se aleja de su rostro en ningún momento—no lo haré, soy una mujer adulta con dos hijos, que ha sufrido lo suficiente en la vida como para saber que no lo necesito… ahora solo hagamos un trato, en el que tú me ayudas a curar a mi hijos y nosotros desaparecemos de nuevo, pero esta vez para siempre—de nuevo observo a mis bebes y cambio la toalla húmeda de sus frentes, pero entonces la repuesta de Ull me deja petrificada

--si no haces lo necesario para ser mi esposa, yo no donare mi médula ósea…


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