El alto y delgado John se sorprendió un poco por su pregunta. Respondió amablemente: —Sr. Smith, el nombre de milady es Jessica.
«¿Jessica?» Ian frunció el ceño.
—¿Es americana?
—Sí, lo es.
¡Era americana! El corazón de Ian volvió a latir con fuerza. Entonces preguntó: —¿Tiene algún otro nombre?
—Sí —John hizo una pausa y luego dijo—: También se hace llamar Queenie Schmidt.
Ian bajó la mirada, decepcionado, cuando escuchó el nombre desconocido. Se quedó mirando las dos gemas que tenía en la mano. De repente, las señaló y preguntó: —¿Cómo ha conseguido eso?
John sonrió: —La señora dijo que una amiga ya fallecida se lo había regalado. Como hoy es el cumpleaños de la nieta de esa persona, se lo devolverá a su dueña original.
Una amiga que ya había fallecido se lo había regalado...
Esa amiga debió ser Yvette.
La decepción de Ian creció aún más. Sacudió la cabeza, sintiendo que debía haber perdido la cabeza.